El amor de una madre.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
HISTORIA DE UN BUEN GERENTE
MATEO 19:19 "Honra a tu padre y a tu madre. Y amarás a tu prójimo como a ti mismo."
Un joven, con un récord académico
excelente, fue a solicitar un puesto directivo en una gran empresa. Pasó varias
primera entrevistas y el director de la empresa hace la última entrevista, y es
quien tomará la decisión final.
El director descubrió, a partir
del análisis del CV del joven, que los logros académicos fueron excelentes en
todo momento, desde la escuela secundaria hasta la investigación de postgrado,
nunca había tenido un año en el que no obtuvo excelentes calificaciones.
El director le preguntó:
"¿Obtuviste alguna beca en la escuela?" el joven respondió "Ninguna,
señor".
El director le preguntó:
"¿Fue tu padre quien pagó los honorarios de tu escuela?" El joven
respondió: "Mi padre falleció cuando tenía un año de edad, fue mi madre la
que pagaba todo".
El director le preguntó:
"¿Dónde trabaja tu madre?" El joven respondió: "Mi madre trabaja
lavando y planchando ropa."
El director pidió al joven mostrar
sus manos. El joven mostró un par de manos lisas y perfectas y le preguntó:
"¿Alguna vez ha ayudado a su madre a lavar la ropa antes?" El joven
respondió: "No, mi madre siempre quiso que yo estudiara y leyera más
libros. Además, mi madre puede lavar la ropa más rápido que yo".
El director dijo: "Tengo una
petición. Al volver hoy a casa, anda y limpia las manos de tu madre, y luego
ven a verme mañana por la mañana.
El joven sintió que su oportunidad
de conseguir el trabajo era muy alta. Cuando regresó a su casa, se sentía feliz
y le contó a su mamá cómo le había ido en la entrevista y le pidió verle y
limpiarle las manos. Su madre le extrañó el pedido pero a la vez feliz por lo
que le contaba su hijo. Con sus sentimientos encontrados le mostró finalmente
sus manos.
El joven comenzó a limpiar las
manos de su madre lentamente. Sus ojos se llenaron de lágrimas y cayeron mientras
él lo hacía. Era la primera vez que se daba cuenta de que las manos de su madre
estaban tan arrugadas, con numerosas callosidades y contusiones. Algunos eran
tan dolorosos que su madre se estremeció cuando su hijo las limpiaba y las
untaba con una crema especial.
Esta fue la primera vez que el
joven se dio cuenta de que era este par de manos que lavan la ropa todos los
días, los que hicieron posible pagar la cuota de la escuela y la universidad.
Los moretones en las manos de su madre fueron el precio que pagó por su
graduación, por su excelencia académica y su futuro. Después de terminar la
limpieza de las manos de su madre, el joven lavó toda la ropa restante. Esa
noche, madre e hijo conversaron durante un tiempo muy largo.
A la mañana siguiente, el joven
fue a la oficina del director. El Director le preguntó: "¿Puedes decirme
qué pasó ayer en tu casa." El joven respondió: "Ayer limpié las manos
de mi madre, y también terminé de lavar toda la ropa que aún quedaba.”
El Director le preguntó: "Por
favor, dime qué sientes." El joven dijo: "Ahora sé lo que es el amor
de una madre. Sin su abnegación, no habría tenido el éxito que hoy tengo.
Segundo… Al trabajar juntos y al haberle ayudado a mi madre, ahora me doy
cuenta de lo difícil y duro que es conseguir que se haga algo. Tercero… He
llegado a apreciar la importancia y el valor de la relación familiar."
El Director dijo: "Ésto es lo
que estoy buscando en mis gerentes. Quiero contratar a una persona que aprecia
la ayuda de los demás, una persona que conoce el sufrimiento de los demás para
hacer las cosas, una persona que no pondría el dinero como su única meta en la
vida. Estás contratado."
Con el paso del tiempo, este joven
trabajó muy duro, y recibió el respeto de sus subordinados. Cada empleado
trabajó con diligencia y en equipo. El desempeño de la empresa mejoró
enormemente.
Un niño, que ha sido protegido y que se le ha dado todo lo
que quería, desarrollará una "mentalidad de derecho" y siempre se
pondrá en primer lugar. Será ignorante de los esfuerzos de sus padres. Cuando
comience a hablar, supondrá que cada persona tiene que escucharlo a él, y
cuando se convierta en un gerente, nunca sabrá de los sufrimientos de sus
empleados y siempre culpará a los demás.
Para este tipo de personas, que pueden ser buenos
académicamente, pueden tener éxito por un tiempo, pero finalmente no tendrán
sentido de logro. Se quejan y se llenan de odio y luchar por más.
Si queremos este tipo de protección de los padres, ¿estamos
realmente mostrando amor o en su lugar estamos destruyendo al niño?
Tú puedes dejar que tu hijo o hija viva en una casa grande,
comer una buena comida, colmarle de comodidades, aprender piano, ver una gran
pantalla de televisión, etc., etc. Pero cuando estés cortando el césped o
lavando el auto, por favor, permítele que lo experimente.
Después de una comida, que laven los platos y vasos junto con
sus hermanos y hermanas. No es porque no tienes dinero para contratar a una persona
que lo haga. Es porque quieres enseñarle de una forma correcta.
Quiero que entiendas. No importa lo rico que son tus padres.
Que un día tu pelo se poblará de canas, al igual que la madre de ese joven. Lo
más importante es que tu hijo aprenda a apreciar el esfuerzo, que experimente
la dificultad y que conozca la capacidad de trabajar con otros para hacer las
cosas.
ORACIÓN: Padre Celestial, gracias por todas las bendiciones
que de Ti recibo y por el amor de mis padres. Bendícelos y protégelos. En el
nombre de Cristo, amén.
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