PROVERBIOS 10:16 “El salario del justo es la vida; la ganancia del malvado es el pecado.”
En la Palabra de DIOS hay un par de temas que se repiten a menudo pero que la mayoría de la gente no termina de entender. El primero es: “Hacer el bien conduce a la vida.” El otro dice: “Hacer el mal lleva a la muerte.”
Hasta aquí todo luce simple y fácil de entender, al menos para quienes han tenido la oportunidad de estudiar y meditar en la palabra de DIOS con frecuencia y perseverancia. Mas éstos aparentemente sencillos conceptos les suenan como griego o mandarín a quienes no buscan a DIOS ni le obedecen.
Una de las razones es que aún cuando pudieran entenderlos, la incapacidad para llevarlos a cabo los frustra y hace que no sigan intentándolo. Otra razón es que sus oídos están saturados de los mensajes con que el mundo distrae a las personas para que no se ocupen ni se enteren de los llamados de DIOS.
El resultado es fatal. La persona es fácil presa de la tentación, cae en pecado y se aleja cada vez más y más de DIOS.
El camino de la vida, el cual está pavimentado con las buenas obras de los hijos de DIOS es un sendero difícil de encontrar pero muy agradable para transitar. Para comenzar, las buenas obras ya han sido preparadas desde antes de la creación para que nosotros andemos en éllas, es decir, para que las pongamos en práctica, como nos dice el apóstol Pablo en su carta a los Efesios.
Imaginémonos que estas buenas obras son como los estantes de un restaurante tipo “COMA TODO LO QUE PUEDA” donde los diferentes platillos se encuentran presentados y listos para consumir para que cada comensal escoja lo que prefiera comer, sin obligaciones ni límites.
De la misma manera, el SEÑOR nos presenta una serie de enseñanzas por medio de Su Palabra donde nos muestra los diferentes tipos de buenas acciones y cada quien escoge la manera que más le agrade para servir al SEÑOR sin obligaciones y sin límites.
¿Ya seleccionaste cuál será la buena obra con la que servirás al Señor JESÚS en el día de hoy?
Entonces, manos a la obra y ¡Sólo a DIOS sea la gloria!
OREMOS: PADRE Celestial. Gracias porque cuando leo Tu Palabra (La Biblia) Tú me enseñas cuál es Tu voluntad y todas las bendiciones que puedo recibir a través de élla. Gracias SEÑOR porque Tú diste a Tu HIJO Unigénito para que todo aquel que en ÉL cree, no se pierde más tiene vida eterna. Gracias SEÑOR. En el nombre de CRISTO, amén.
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