Así no perderás…
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Bendiciones,
Enio
Meditación
Diaria
¿CÓMO VA LA ANOTACIÓN?
PROVERBIOS
16: 32 “Más vale ser paciente que valiente;
más vale dominarse a sí mismo que conquistar ciudades.”
¿Has mirado algún partido de fútbol últimamente? Probablemente sepas
que por lo general los partidos de fútbol no son eventos de muy altas
anotaciones. Aunque los jugadores corren de un lado para otro por lo que parece
ser una eternidad, la pizarra de anotaciones puede seguir mostrando
ceros.
Ese no fue el caso durante un juego de las finales del campeonato
nacional en Madagascar en el año 2002. La anotación final fue de 149 - 0. Según
un informe de noticias, la anotación, que batió una marca, fue resultado de que
un entrenador perdiera la paciencia durante una discusión con el árbitro.
Para protestar por lo que el entrenador pensaba que era un mal
arbitraje, dijo a sus jugadores que patearan el balón en su propia meta cada
vez que les llegara a éllos. A la mayoría de los fanáticos no les hizo gracia,
e hicieron una fila en la ventanilla de los boletos para exigir un reembolso.
Los funcionarios de la liga de fútbol suspendieron a varios jugadores
por el resto de la temporada del 2002, y el entrenador fue suspendido por un
período de tres
años.
Podía ser que el entrenador tuviera una queja legítima sobre el
arbitraje, pero ¿qué piensas de su respuesta? Un poquito exagerada ¿no crees?
Claro que captó la atención de todo el mundo pero en el proceso, hizo mucho
daño a sus jugadores, a sí mismo y a los fanáticos.
El mal genio nos puede meter en problemas (y ésto no es nada nuevo).
Es probable que tú también hayas perdido la paciencia alguna vez —como la han
perdido todos— y que hayas deseado poder retractarte de algo que dijiste o
hiciste.
Cuando perdemos el control tendemos a perder de vista lo que es
importante en la vida. Perdemos el respeto propio y el respeto a los demás.
Perdemos mucho más que un partido.
En Proverbios 16:32 leemos:«Mejor es el
lento para la ira que el poderoso, y el que domina su espíritu que el que toma
una ciudad.»
En otras palabras, a DIOS le agrada más una persona que ha aprendido a
dominarse que una que puede controlar a los demás. La próxima vez que sientas
que estás perdiendo la paciencia, llévaselo y entrégaselo a DIOS y pídele
ayuda. Así no perderás.
ORACIÓN: Padre amado, te ruego me llenes de
Tu paz y de Tu gozo en esos momentos en los que tiendo a irritarme cuando las
cosas me parecen injustas o no suceden con la rapidez que yo deseo, que Tu
Santo Espíritu produzca en mí la paciencia que necesito para esperar. Por
Cristo Jesús te lo pido. Amén.
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