Nuestra obligación…
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
¿RECONOCES TUS ERRORES?
PROVERBIOS 28:13 “El que encubre sus
pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta, alcanzará misericordia.”
Por regla general, a todos nos resulta difícil
reconocer que hemos cometido un error. Podemos ver esta tendencia en el ser
humano desde el principio de la creación. Cuando Adán y Eva pecaron comiendo el
fruto del árbol prohibido, DIOS los confrontó a ambos. Primero, el Señor le
preguntó a Adán:
“¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé
no comieses?” (Génesis
3:11). Adán respondió: “La mujer que me
diste por compañera me dio del árbol, y yo comí.” En lugar de
simplemente reconocer su error, desvió la culpa hacia la mujer. Eva actuó de
manera similar. Cuando DIOS le preguntó: “¿Qué es lo que has hecho?”, ella le contestó: “La serpiente me
engañó, y comí.” Esta actitud trajo como consecuencia que ambos
fueran echados del huerto del Edén.
A partir de aquel momento, la renuencia a reconocer
nuestros errores ha sido parte intrínseca de nuestra naturaleza. Desde pequeños
empezamos a mentir a nuestros padres por temor a ser castigados por algo que
hicimos que no debimos haber hecho. Y así llegamos a adultos, y continuamos
actuando en este mismo espíritu.
El reconocimiento de nuestros errores y pecados
agrada a DIOS y resulta en Su perdón y nuestra restauración. Por el contrario,
cuando no los reconocemos, los resultados son totalmente destructivos para
nuestras vidas.
Obligación del pecador es confesar su pecado y
apartarse de él. Ambas cosas van juntas. La confesión debe ser hecha con
rectitud al mismo Señor, y ha de incluir en sí misma un reconocimiento de la
culpa, una comprensión de la maldad y un aborrecimiento de la misma.
No intentemos culpar a otros, ni a las
circunstancias, ni disculparnos con nuestra propia debilidad. Descarguemos
nuestra conciencia y declarémonos culpables. Recordemos que sólo cuando conocemos
al Señor Jesucristo y le permitimos entrar en nuestras vidas puede haber un
cambio.
El Espíritu Santo obra en nosotros y nos da la
capacidad de “ver” nuestros errores y la integridad y el valor para
reconocerlos. Este es el primer paso para la restauración. Lo contrario trae
destrucción a nuestras vidas.
Entabla una íntima comunión con DIOS leyendo Su
Palabra y pasando tiempo en oración diariamente. Y pídele que te ayude a ver y
reconocer tus errores.
ORACIÓN: Padre Santo, te ruego me des discernimiento
espiritual para ver con claridad mis errores y pecados, y dame la fuerza y el
valor para reconocerlos y confesarlos delante de Ti y de los demás. En el
nombre de Jesús, amén.
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