Nuestra justificación…
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Bendiciones,
Enio
Meditación
Diaria
¿AUTO-JUSTIFICACIÓN?
SALMOS 18:22-24 “Presentes tengo todas Sus sentencias; No me he
alejado de Sus decretos. He sido íntegro con ÉL y me he abstenido de pecar. El
Señor me ha recompensado conforme a mi justicia, Conforme a la limpieza de mis
manos.”
A primera vista, la porción de la palabra
de hoy luce cómo una auto-justificación. El autor humano de estas palabras - "¡Quién
otro que el rey David!"- pareciera estar diciendo: -“he sido
recompensado porque yo tengo presente, porque yo no me he alejado, porque yo he
sido íntegro, porque yo me he abstenido, mi justicia, mis limpias manos…”
En realidad, David poseía una naturaleza
pecaminosa como la de cualquier ser humano. La Biblia nos narra algunos
momentos en los cuales David cayó muy hondo y cometió crímenes espantosos, con
lo cual se demuestra que la justificación de la que hablaba David no era propia
de él sino se basaba en la misericordia y el perdón de DIOS por las faltas
que él había cometido. David sabía que todo lo que él era y las victorias que
había obtenido provenían de la mano de DIOS y por eso nunca perdió su
esperanza. Aún en lo momentos más difíciles, cuando se vio al borde de la
muerte, supo que DIOS lo amaba y lo seguía protegiendo.
David era un hombre que poseía muchas
virtudes. También, como ya dijimos, mostró una gran debilidad ante ciertas
tentaciones, lo cual le trajo amargas consecuencias. En todo caso David era un
hombre con un corazón obediente y amante de DIOS y a los ojos de DIOS esto era
lo más importante. David era un hombre poseedor de una gran fe, tanto así que
su nombre aparece en el “Hall de la Fama” de la carta a los Hebreos.
Entendamos que nuestra justificación sólo
puede ser la que DIOS nos da por medio de su Hijo Jesucristo, quien “se humilló así
mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz!”
Vivamos siempre con fe, obediencia y nuestra mirada colocada en el Autor de todo
bien para que podamos mantenernos firmes ante las tormentas de la vida, las
cuales se calmarán cuando escuchen la voz de mando del Creador del universo
ordenándoles que se aquieten. Recordemos que: “ya que hemos sido justificados mediante la fe,
tenemos paz con DIOS por medio de nuestro Señor Jesucristo.Hemos sido
perdonados y justificados gracias a Su gran amor." ¡Sólo a DIOS
sea la gloria!
ORACIÓN: Padre, una vez más te
doy gracias por tu Hijo Jesucristo y por la justificación que, por medio de su
muerte y resurrección, me has dado. Ayúdame a entender la profundidad de este
milagro de modo que yo pueda disfrutar plenamente de Tu presencia. Dame la fe y el
valor para vivir obedeciéndote y agradándote en todo. En el nombre de Jesús, amén.
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