sábado, 27 de septiembre de 2014

¿TE SIENTES DERRUMBADO?

¡LEVÁNTATE!
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria 
¿TE SIENTES DERRUMBADO?
SALMOS 37:23-25  “Por el Señor son ordenados los pasos del hombre, y El aprueba su camino. Cuando el hombre cayere, no quedará postrado, porque el Señor sostiene su mano. Joven fui, y he envejecido, y no he visto justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan.” 
Paul Wylie, uno de los mejores patinadores sobre hielo de los Estados Unidos, es también un consagrado cristiano. En una ocasión, en vísperas de un viaje a la comunista Europa del Este con el fin de participar en unas competencias, Paul declaró: “Para mi patinar no es el medio para obtener más trofeos, fama o gloria, sino más bien una plataforma para compartir el Evangelio de Jesucristo con atletas de países que han levantado una barrera política y legal contra el cristianismo. DIOS me ha dado una carga por los europeos del Este.”
Más adelante, en las Olimpíadas de invierno de Calgary, Canadá en 1988, Wylie se encontraba patinando ante 20,000 espectadores y una tele audiencia de varios millones, cuando de momento algo salió mal en su rutina y cayó. Después de la competencia él describió aquel terrible momento de la siguiente manera: “De pronto sentí que mi mano toca el hielo, la cuchilla no me aguanta, empiezo a resbalar y me doy cuenta de que me estoy cayendo. Todo lo que escucho mientras caigo al hielo es un quejido de lamento de lo que parece ser un millón de voces al unísono.” 
Wylie tenía que tomar una decisión en una fracción de segundo. Podía centrarse en el error y darse por vencido, o podía seguir patinando y dar lo mejor de sí. Justo en ese momento le vino a la mente este versículo del pasaje de hoy: “Cuando el hombre cayere, no quedará postrado, porque el Señor sostiene su mano.”  Continuó su rutina y decidió patinar “de corazón, como para el Señor...” (Colosenses 3:23).  Al final, la multitud prorrumpió en un estruendoso aplauso por su coraje y determinación.
Los creyentes no estamos exentos de recibir en algún momento un golpe tan fuerte que nos haga caer. Podría ser la muerte repentina de un ser querido, la pérdida del empleo, un divorcio, un resultado muy malo en las pruebas de laboratorio; o quizás estemos apesadumbrados por haber caído en pecado.  
Ahora bien, una cosa es caer; otra muy distinta es darse por vencido. El apóstol Pablo, en medio de pruebas y sufrimientos, expresó su confianza en el DIOS que nos levanta, nos fortalece, nos consuela, y nos lleva de la mano hasta que el triunfo obtenido por Jesucristo en la cruz se manifieste totalmente en nuestras vidas. Así escribió Pablo: “estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos; llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos.”
(2 Corintios 4:8-10).
Si has caído en pecado, arrepiéntete y confiésalo ante DIOS, y ÉL te perdonará, dice 1 Juan 1:9. Si has sido víctima de un golpe muy fuerte, o por cualquier otra razón te sientes sin fuerzas, abatido, desanimado, recuerda que el DIOS todopoderoso sólo espera que clames a ÉL para tenderte una mano y levantarte.
ORACION: Padre Amado, gracias por el aliento que me da tu Santa Palabra, al afirmarme que Tú no me dejarás postrado, sino que me levantarás y me darás fuerzas como las del búfalo.  Asi se cumplirá Tu promesa de aumentar nuestras fuerzas y permitir que no importando el peso en libras de los problemas, los podamos superar.  En el nombre de Jesucristo, amén.


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