sábado, 6 de septiembre de 2014

¿QUIÉN TIENE LA CULPA?

Ten la completa seguridad…
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
¿QUIÉN TIENE LA CULPA?
GÉNESIS 3:11b-13 "¿Acaso has comido del fruto del árbol que yo te prohibí comer?" Él respondió: "La mujer que me diste por compañera me dio de ese fruto, y yo lo comí." Entonces DIOS el Señor le preguntó a la mujer: "¿Qué es lo que has hecho?" "La serpiente me engañó, y comí", contestó ella.
Amy había decidido tatuarse en el brazo la palabra “preciosa”. El artista que lo haría escribió una muestra en su computadora, se la mostró a Amy para que viera cómo iba a quedar, y luego comenzó a tatuarle el brazo.  Sólo al final, cuando el tatuaje estaba terminado, Amy notó que la palabra estaba mal escrita: en vez de preciosa, el tatuaje decía “precisa”.  Amy estaba molesta... el artista también estaba molesto... la discusión terminó en la Corte.  Amy culpaba al artista, y viceversa. Finalmente, el juez sentenció que Amy no podía culpar a nadie más que a sí misma por el error, ya que élla había aprobado el diseño antes de que fuera permanente.
Al ser humano le gusta culpar a otros por sus errores. Veamos a Adán y Eva. Después que DIOS los confrontara por haber comido del árbol prohibido, Eva culpó a la serpiente por haberla tentado. ¿Y Adán? Él fue más allá en su acusación, primero trató de culpar a Eva... pero incluso implicó a DIOS mismo: "La mujer que me diste por compañera me dio de ese fruto, y yo lo comí".
A través de los siglos el Señor ha escuchado innumerables excusas. Tan constantes somos para excusarnos a nosotros mismos, que Jesús dice que, en el Día del Juicio, el perdido tratará de justificarse diciendo: "Señor, ¿cuándo te vimos desnudo, o con hambre, o enfermo, o en prisión?" Simplemente no nos gusta admitir que estamos en falta, ¿verdad?
Esto es triste, porque el Gran Médico no puede hacer mucho por quienes piensan que están sanos y saludables. Recuerda en la parábola de Jesús, fue el recaudador de impuestos quien confesó: "¡Oh DIOS, ten compasión de mí que soy pecador!" (Lucas 18:13), y él fue quien regresó a su casa perdonado.
Juan lo dijo muy claramente: "Si confesamos nuestros pecados, DIOS, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad. Si afirmamos que no hemos pecado, lo hacemos pasar por mentiroso y su palabra no habita en nosotros" (1 Juan 1:9-10).
Sé honesto en cuanto a tus luchas. ¿Tienes tú alguna “debilidad” que está afectando tu vida? Se humilde, reconócela, y simplemente tráela delante del Señor. Quizás ÉL no te la quite inmediatamente, pero tan pronto confieses tu pecado delante de DIOS, recibirás Su perdón, Su poder se va a perfeccionar en ti, y comenzará un proceso por medio del cual el Espíritu Santo te va a limpiar de todo aquello que no glorifica el nombre de DIOS, y tu vida cambiará totalmente. Ten la completa seguridad de que Su gracia es más que suficiente para llenar tu corazón de paz y de gozo y darte una vida plena de felicidad.
ORACIÓN: Señor, confieso que soy pecador@. Mis pensamientos, mis palabras y mis acciones no son lo que deberían ser. Te doy gracias porque Jesús vino a este mundo para salvarme a mí y a toda la humanidad. Envía tu Espíritu Santo para que cada alma enferma admita su necesidad de Ti y encuentre el perdón en la cruz del calvario. En el nombre de nuestro Salvador, Cristo Jesús. Amén.


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