Vence con el bien, el mal.
Comparte esta meditación.
Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
EL DIOS DE LA VICTORIA
Nuestro Pan Diario
ROMANOS 12:21 “No seas vencido de lo malo,
sino vence con el bien el mal.”
En la mitología griega, Nike era la diosa
de la victoria. Nike luchó del lado de
los dioses olímpicos, ganando la victoria sobre los poderosos titanes. Como
resultado de éllo, élla se convirtió en el símbolo de la victoria. Pero los
supuestos poderes de Nike no se limitaban simplemente a la guerra. También
llegó a ser la diosa favorita de los atletas que querían ganar en las
competencias deportivas. Los romanos la adoptaron y la adoraron dándole el
nombre latino de Victoria.
En el mundo grecorromano donde enseñaba
Pablo, la victoria era altamente valorada. Así que, cuando él expresaba la
verdad cristiana, usaba palabras que sus oyentes pudieran entender.
En sus cartas, describía a Cristo como
Aquel que nos guía en un desfile de triunfo militar (2ª Corintios 2:14*) y
comparaba la vida cristiana con alguien que estaba entrenando para los antiguos
juegos olímpicos.
Pablo también usaba la palabra victoria
en referencia a nuestras luchas contra aquellos que nos hieren deliberadamente.
“No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el
mal.”
Puede que ésto signifique devolver
amabilidad por maldad o establecer límites de manera respetuosa al
comportamiento maligno. En cualquiera de estos casos, una actitud de amor no
puede generarse con nuestras propias fuerzas.
Pero en Cristo, tenemos el poder divino que los antiguos paganos sólo
podían tener la esperanza de alcanzar. Jesucristo es el auténtico DIOS de la victoria. —HDF
ORACIÓN: Oh DIOS, en este día me acerco a Ti
para agradecerte
por las grandes bendiciones que Tú nos das,
tanto a mi familia,
a mis amigos como a mí. Te pido perdón porque
muchas veces
hago cosas que no son de Tu agrado. Así mismo te pido que me ayudes a no hacerle
caso al maligno y me des la fuerza y
voluntad para vencerlo. Tú, oh DIOS me darás la
victoria.
Gracias Señor, por Cristo Jesús, amén.
(*) Lectura: 2 Corintios 2:14-17
Gracias a DIOS que siempre nos lleva en el
desfile victorioso de Cristo y que por medio de nosotros da a conocer su
mensaje, el cual se esparce por todas partes como un aroma agradable. Porque nosotros somos como el olor del
incienso que Cristo ofrece a DIOS, y que se esparce tanto entre los que se
salvan como entre los que se pierden.
Para los que se pierden, este incienso resulta un aroma mortal, pero para
los que se salvan, es una fragancia que les da vida. ¿Y quién está capacitado
para esto? Nosotros no andamos
negociando con el mensaje de DIOS, como hacen muchos; al contrario, hablamos
con sinceridad delante de DIOS, como enviados suyos que somos y por nuestra
unión con Cristo
No hay comentarios:
Publicar un comentario