sábado, 26 de octubre de 2019

HONESTA CON DIOS

Aún cuando estoy enojado o enojada, DIOS está conmigo.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
HONESTA CON DIOS
El Aposento Alto
**Leer Romanos 8:31-39 (DHH)

ROMANOS 8:38-39 “Estoy convencido de que nada podrá separarnos del amor de Dios: ni la muerte, ni la vida,
ni los ángeles, ni los poderes y fuerzas espirituales,
ni lo presente, ni lo futuro, 39 ni lo más alto, ni lo más profundo, ni ninguna otra de las cosas creadas por Dios.
¡Nada podrá separarnos del amor que Dios nos ha mostrado en Cristo Jesús nuestro Señor!

Nunca entendí realmente este versículo hasta hace unos años, cuando enfrenté la muerte de mi hijo mayor. Atravesé por una infinidad de emociones y me pregunté si eran realmente válidas.
Me crié con la creencia de que nunca debería enojarme por algo sucedido que DIOS permitió. Sin embargo, cuando leí este versículo nuevamente, DIOS me recordó que soy humana y DIOS es DIOS.
¡Nada!. Me enfoqué en esa palabra. ¿De verdad, DIOS?
¿Nada podrá separarnos?
DIOS me aseguró esta verdad bíblica, pero me di cuenta de que este pasaje no decía que nunca sucedería nada malo. Dice que nada puede separarnos de DIOS, ni siquiera la muerte trágica e inesperada de un ser querido.
Cuando nos damos cuenta de que DIOS siempre está con nosotros, podemos colocar nuestros verdaderos sentimientos ante DIOS. Entonces podemos comenzar a sanar de las maneras que DIOS ha prometido. Y la sanidad nos trae paz.
OREMOS: Oh SEÑOR, ayúdanos a reconocer que eres DIOS
y que podemos llevar nuestras penas ante TÍ,
sabiendo que nos cuidas y que escuchas nuestras peticiones. 
En el nombre de CRISTO, amén.
Sra. Jennifer Floyde (Florida, EE.UU.)
**Leer Romanos 8:31-39 (DHH)
¿Qué más podremos decir? ¡Que si Dios está a nuestro favor, nadie podrá estar contra nosotros! 32 Si Dios no nos negó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó a la muerte por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos también, junto con su Hijo, todas las cosas? 33 ¿Quién podrá acusar a los que Dios ha escogido? Dios es quien los hace justos. 34 ¿Quién podrá condenarlos? Cristo Jesús es quien murió; todavía más, quien resucitó y está a la derecha de Dios, rogando por nosotros. 35 ¿Quién nos podrá separar del amor de Cristo? ¿El sufrimiento, o las dificultades, o la persecución, o el hambre, o la falta de ropa, o el peligro, o la muerte violenta? 36 Como dice la Escritura:
«Por causa tuya estamos siempre expuestos a la muerte; nos tratan como a ovejas llevadas al matadero.»
37 Pero en todo esto salimos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 38 Estoy convencido de que nada podrá separarnos del amor de Dios: ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los poderes y fuerzas espirituales, ni lo presente, ni lo futuro, 39 ni lo más alto, ni lo más profundo, ni ninguna otra de las cosas creadas por Dios. ¡Nada podrá separarnos del amor que Dios nos ha mostrado en Cristo Jesús nuestro Señor!
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