miércoles, 2 de octubre de 2019

PLATOS SUCIOS

Porque DIOS me ha perdonado, soy libre para perdonar a otros.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
PLATOS SUCIOS
El Aposento Alto
**Leer 1a Juan 1:5-10 (NVI)

1a JUAN 1:9 “Si confesamos nuestros pecados, DIOS, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad.”

Cuando un plato no se lava después de una comida, es probable que permanezca en el fregadero toda la noche. Debido a que los residuos de comida se secan y se quedan pegados al plato, la limpieza lleva mucho más tiempo que un plato que se lava inmediatamente.
La suciedad que queda en los platos me hace pensar en asuntos de nuestras vidas que necesitan limpieza. Tal vez necesitamos orar por el perdón o por ayuda para poder perdonar a otras personas. Quizás la inmoralidad, la injusticia u otros pecados estén dañando nuestras relaciones con los demás y con DIOS.
Al igual que lavar los platos, lo mejor para nuestras vidas es reconocer la suciedad de inmediato y no posponer la acción para el futuro; esperar solo hace que sea más difícil cambiar. Pero incluso cuando dejamos la suciedad en nuestras vidas lo suficiente para que se pegue, el perdón es un limpiador poderoso. DIOS nos pide que perdonemos a los demás y DIOS nos perdona. DIOS nos limpia del pecado 
a través del poder de la sangre de JESÚS.
OREMOS: DIOS de perdón, gracias por limpiarnos de nuestro pecado. Ayúdanos a mostrar TU perdón a los demás y a estar listos para limpiar la suciedad de nuestras relaciones y nuestras vidas. 
En el amor de CRISTO JESÚS, amén.
Sra. Conny Hedengren (Jonkoping, Suecia)
**Leer 1a Juan 1:5-10 (NVI)
CAMINEMOS EN LA LUZ
Este es el mensaje que hemos oído de él y que les anunciamos: DIOS es luz y en él no hay ninguna oscuridad. Si afirmamos que tenemos comunión con él, pero vivimos en la oscuridad, mentimos y no ponemos en práctica la verdad. Pero, si vivimos en la luz, así como él está en la luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesucristo nos limpia de todo pecado.
Si afirmamos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y no tenemos la verdad. Si confesamos nuestros pecados, DIOS, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad. Si afirmamos que no hemos pecado, lo hacemos pasar por mentiroso y su palabra no habita en nosotros.
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