sábado, 28 de diciembre de 2019

SORPRESAS DE DIOS

Hoy buscaré a DIOS en lugares improbables.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
SORPRESAS DE DIOS
El Aposento Alto
**Leer Lucas 1:26-38 (DHH)

LUCAS 1:28-29 “El ángel entró en el lugar donde ella estaba, y le dijo: —¡Salve, llena de gracia! El Señor está contigo. María se sorprendió de estas palabras, y se preguntaba qué significaría aquel saludo.

Una semana antes de la Navidad, llegamos al aeropuerto de Nashville (EE. UU.) para regresar a casa. Junto a mi esposo, habíamos estado colaborando con el servicio de atención de emergencias tras el paso de los tornados por la zona. Estábamos exhaustos y con poco tiempo para prepararnos para celebrar el nacimiento de Jesús.
Al ingresar al aeropuerto, nos cruzamos con un coro de niños que entonaba villancicos. Lloré, emocionada. En un lugar inesperado, DIOS nos sorprendió con aquellas armoniosas voces. Ahora sí, mi preparación para la Navidad había comenzado.
A lo largo del relato de la Navidad, DIOS nos trae varias sorpresas. María queda sorprendida ante la visita de Gabriel; José, por la visita del ángel (Mateo 1:18-25). Con excepción de los sabios, todos se asombraron por el nacimiento de CRISTO en Belén (Mateo 2:4-5).
DIOS también puede sorprendernos. Si estamos atentos, podemos encontrar a DIOS en los ojos ansiosos de un niño, o en la mirada desesperada de quien tiene hambre. Podemos llevar a DIOS a ese vacío existente en las relaciones quebrantadas, o ante la desolación de las familias que lloran la partida de un ser querido.
Durante Adviento, miremos más allá de nuestras ocupaciones para encontrar a DIOS en lugares inesperados.
OREMOS: Maravilloso DIOS, danos ojos para mirar, oídos para escuchar y mentes para reconocer TU presencia en medio de nuestras vidas ajetreadas. En el amor de CRISTO, amén.361
Sra. Cherri Baer (Kansas, EE.UU.)
**Leer Lucas 1:26-38 (DHH)
UN ÁNGEL ANUNCIA EL NACIMIENTO DE JESÚS
26 A los seis meses, DIOS mandó al ángel Gabriel a un pueblo de Galilea llamado Nazaret, 27 donde vivía una joven llamada María; era virgen, pero estaba comprometida para casarse con un hombre llamado José, descendiente del rey David. 28 El ángel entró en el lugar donde ella estaba, y le dijo: —¡Salve, llena de gracia! El Señor está contigo.
29 María se sorprendió de estas palabras, y se preguntaba qué significaría aquel saludo. 30 El ángel le dijo: —María, no tengas miedo, pues tú gozas del favor de DIOS. 31 Ahora vas a quedar encinta: tendrás un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. 32 Será un gran hombre, al que llamarán Hijo del DIOS altísimo, y DIOS el Señor lo hará Rey, como a su antepasado David, 33 para que reine por siempre sobre el pueblo de Jacob. Su reinado no tendrá fin.
34 María preguntó al ángel: —¿Cómo podrá suceder esto, si no vivo con ningún hombre?
35 El ángel le contestó: —El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del DIOS altísimo se posará sobre ti. Por eso, el niño que va a nacer será llamado Santo e Hijo de DIOS. 36 También tu parienta Isabel va a tener un hijo, a pesar de que es anciana; la que decían que no podía tener hijos, está encinta desde hace seis meses. 37 Para DIOS no hay nada imposible.
38 Entonces María dijo: —Yo soy esclava del Señor; que DIOS haga conmigo como me has dicho. Con esto, el ángel se fue.
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