viernes, 29 de enero de 2021

¿DESPRECIAS LA DISCIPLINA?

Aplícala con amor.

Comparte esta meditación.

Bendiciones,

Enio

Meditación Diaria

¿DESPRECIAS LA DISCIPLINA?

PROVERBIOS 3:11-12 “Hijo mío, no desprecies la disciplina del Señor, ni te ofendas por Sus reprensiones. Porque el Señor disciplina a los que ama, como corrige un padre a su hijo querido.” 

Nadie sabe lo que se siente cuando se atraviesa una gran dificultad como quien en verdad la está atravesando. Una cosa es ver y otra cosa es vivirlo.

Es muy difícil transmitir a otros qué es lo que sucede en lo más profundo de nuestro ser. ¿Cómo explicar esos sentimientos encontrados y esa frustración que domina nuestro pensamiento en todo momento? ¿Cómo hacer para que los demás entiendan exactamente lo que está ocurriendo con nuestra esperanza y con nuestro ánimo?

El Rey David hace una descripción bastante gráfica de las consecuencias físicas de un espíritu angustiado en el Salmo 102:3-4 “Pues mis días se desvanecen como el humo, los huesos me arden como brasas. Mi corazón decae y se marchita como la hierba;¡hasta he perdido el apetito!"

Estas deplorables imágenes forman parte de lo que DIOS ha preparado para algunos de nosotros que sólo podemos aprender por la vía de la disciplina que como buen padre DIOS nos aplica para que el aprendizaje sea efectivo. Si hasta alguien con excelentes credenciales como el Rey David se vió sometido a este tipo de disciplina. ¿Cuánto más no nos tocará a nosotros?

La mayoría de las veces se nos hace muy difícil de entender la disciplina, una de las herramientas que nos permite controlar en parte a nuestra conducta o la de otros, principalmente porque poseemos una naturaleza pecaminosa que se resiste vigorosamente a élla.

A nadie le gusta la disciplina, ni recibirla ni aplicarla. Cuando nos toca recibirla, nos enfocamos en el aspecto negativo de élla, cual es el dolor que nos inflige pero pasamos por alto los beneficios que nos produce una vez que hemos aprendido su lección. Cuando se trata de aplicarla, la mayoría de las veces lo hacemos más por dar rienda suelta a nuestra ira que por el beneficio que élla produce en quien estamos disciplinando, usualmente a nuestros hijos. Cualquiera sea el caso, somos demasiados torpes para entenderla y aceptarla y aún más para aplicarla con sabiduría.

La clave para entender a la disciplina es que élla debe estar siempre asociada con el amor para que pueda ser efectiva. Si el amor no está presente cuando es recibida se produce murmuración y resentimiento. Si el amor no está presente cuando es aplicada, élla se convierte en simple violencia y agresión.

En el ámbito familiar, permitir que un hijo se involucre y crezca en un mundo donde las reglas no son respetadas y donde no existen consecuencias por dicha falta de respeto, es hacerle un gran daño a nuestro hijo. Lo más probable es que ese niño se vea envuelto en graves problemas de conducta durante todo el resto de su vida.

Aplicar disciplinas correctivas oportunas ante conductas reprobables es una manifestación del amor de los padres hacia sus hijos, por cuanto se evitarán problemas posteriores en la vida de dichos hijos.

Recordemos el comentario que el apóstol Pedro hizo acerca de la disciplina: Ciertamente, ninguna disciplina, en el momento de recibirla, parece agradable, sino más bien penosa; sin embargo, después produce una cosecha de justicia y paz para quienes han sido entrenados por ella.”

DIOS nos disciplina “para nuestro bien, a fin de que participemos de Su santidad.” Ya sea, pues, que estemos bajo disciplina o nos toque aplicarla, entendamos Su amoroso propósito y miremos con esperanza Su fruto de justicia y paz.

OREMOS: PADRE Celestial, gracias porque Tú como PADRE amoroso me tratas y me guías con amor y me disciplinas para el bien mío. Gracias SEÑOR por las pruebas y muestras de Tu amor. En el nombre de CRISTO, amén.

Visita nuestra página web en la siguiente dirección:

http://www.meditaciondiaria.org/

 

1 comentario:

Diego Gustavo Chazarreta dijo...

Enio, amado hermano.
Que la paz de Dios y su brazo fuerte te sostengan en todo tiempo.
No tengo mas que palabras de agradecimiento a nuestro Padre por llenar tu mente de sabiduría, para que de tu corazón salgan tantas palabras de fortaleza y perseverancia como consejo, sabiendo que la disciplina y el carácter nos hacen agradables a los ojos de Dios y que en las debilidades que a veces nos abruman, nuestro Padre se fortalece.
Gracias Enio por todo lo que me compartís cada día tempranito a la mañana junto con la lectura de la palabra.
Conocí tu Blog hace unos 7 meses, en tiempos "de la vuelta a casa para recibir el anillo de mi Padre", y me has acompañado con tu meditaciones en momentos de mucha lucha, de muchas lagrimas. Gracias y quiero que sepas que hoy comparto tu blog a quien oportunamente puedo hacerlo.
Te cuento que, como el hijo prodigo, me aleje de la presencia de mi Dios por 30 años, la doctrina de una familia que me hablaba de un padre castigador y el crecimiento hacia la adultez, formaron en mi, un hombre que llego a pensar, "Dios no me ama porque todo lo hago mal", eso me dejo sumido en un espiral hacia abajo haciendo todo lo que a Él no le agrada.
Hoy día, gracias a que aun en el mundo guarde algunas de las enseñanzas que Él me dejo en el corazón de aquel niño que fui, que en ese tiempo las comprendía como niño y hoy como padre; sin congregarme, hace 12 años entregue ante Dios a mi hijo recién nacido, para que Él lo tome y lo selle para si -"porque de ellos es el reino de los cielos"-.
Hoy, con mi esposa estamos seguros que detrás de mi hijo, que por cierto nació sin signos vitales, que los médicos decían que tendría problemas en su desarrollo, que también en ese momento me aferre a Jesús para que rompa con toda razón de hombre. Hoy el milagro esta completo porque aun faltando mucho por venir, tengo certeza de que todo será para bien.
Así, con mi madre, mi hijo desde bebe asistió a la iglesia, para luego a la escuelita dominical.
Para concluir hermano Enio con esta hermosa historia, donde infinitamente mi padre todo lo hace perfecto, cada domingo con mi hijo y mi esposa -sentado él, el mas pequeño en el medio de papá y mamá- damos gracias a Dios, porque hoy sé que nacimos para adorar.
Pido a Dios por mis tres hijos restantes que son consecuencia de mis malos ejemplos de Padre, que lo traiga al camino con el mismo amor que tuvo para conmigo.
Ellos son mas pequeños que yo, pero los mas grandes para Él, por la Sangre de Cristo Jesús en la cruz.
Te abrazo fuertemente y ahora que me di cuenta que puedo escribir en tu blog, te enviare mis saludos y bendiciones para acompañarte desde acá, en Buenos Aires, Argentina.
Dios te bendiga hermano Enio, mucho, que sobreabunde en vos y toda tu tierra, mas la que pises por Cristo Jesús y la hermosura de su Espíritu Santo. Amén

Salmos 68:5 Padre de los huérfanos, defensor de las viudas, este es Dios y su morada es santa.