Agárrate fuerte…
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Bendiciones,
Enio
Meditación
Diaria
¿DE
QUIÉN TE AGARRAS CUANDO RESBALAS?
SALMO 116:5-8 “Clemente es Jehová, y
justo; sí, misericordioso es nuestro DIOS. Jehová guarda a los sencillos;
estaba yo postrado, y me salvó. Vuelve, oh alma mía, a tu reposo, porque Jehová
te ha hecho bien. Pues tú has librado mi alma de la muerte, mis ojos de
lágrimas, y mis pies de resbalar.”
El monte Matterhorn, forma parte de la gran
cadena montañosa de los Alpes en el centro de Europa. Esta montaña tiene 4,478
metros de altura. Es muy popular entre los alpinistas profesionales por su
forma peculiar de pirámide, y sus escarpadas laderas.
En una ocasión dos excursionistas alemanes
querían escalar este monte, y con ese fin contrataron a tres experimentados
guías para que los acompañaran en su intento. Antes de comenzar el empinado
ascenso, se ataron entre sí en este orden: guía, alpinista, guía, alpinista,
guía.
A menos de la mitad del camino, el último
hombre perdió pie. Lo sostuvieron los otros cuatro porque cada uno pudo asirse
de las concavidades que habían excavado en el hielo. Pero entonces el siguiente
hombre resbaló y arrastró a los dos que estaban por encima de él. En ese momento,
el único del que se pudieron agarrar fue el primer guía, el cual había
perforado el hielo profundamente, por lo que se mantuvo firme mientras que los
que estaban debajo de él pudieron volver a afirmar los pies en el hielo, y
continuar la escalada hasta llegar a la cima.
Cuando estamos en el proceso de ascender en
nuestra vida espiritual, de vez en cuando resbalamos. Esto forma parte del proceso
de santificación. Es una lucha constante en la que a veces caminamos con
firmeza, y otras veces resbalamos, como sucedió a los
alpinistas de la historia.
Es en momentos como éstos que debemos
agarrarnos fuertemente de Quien es nuestra roca firme y nuestro guía, nuestro DIOS
todopoderoso, justo y misericordioso.
Cuando resbalamos y caemos, tenemos la tendencia de mirar hacia abajo,
y sentirnos derrotados. El apóstol Pablo
nos exhorta a mirar hacia arriba, hacia el cielo, hacia las cosas espirituales,
y no hacia las cosas de este mundo.
Dice Colosenses 3:1-3: "Si, pues, habéis
resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a
la diestra de DIOS. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la
tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en
DIOS."
Allí está Cristo sentado a la diestra de DIOS
intercediendo por nosotros. Y DIOS ha provisto para nuestra restauración por
profunda y dolorosa que haya sido nuestra caída. En 1a Juan 1:9 encontramos esta preciosa promesa basada
totalmente en el sacrificio de Jesús en la cruz del Calvario: "Si confesamos nuestros pecados, ÉL es fiel y
justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad."
Es decir, si hemos pecado y nos sentimos arrepentidos de haberlo
hecho, debemos confesarlo ante el Señor, y ÉL nos perdona y nos limpia de toda
maldad.
Si tú has resucitado con Cristo, es decir
si lo has aceptado como tu Salvador, estás a salvo en Cristo; tu vida está
guardada con Cristo en DIOS. Si has resbalado,
o temes resbalar, agárrate del Señor Jesucristo, y puedes tener la absoluta
seguridad de que ÉL te guardará y te llevará a tu destino final.
ORACIÓN: Bendito Padre Celestial, no tengo
palabras para agradecerte Tu perdón y Tu misericordia para conmigo en momentos
en los que te he fallado. Ayúdame a mantenerme firme en este camino mientras
cada día me acerco más a Ti. En el nombre de Jesús, amén.
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