Al final… tu recompensa.
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Bendiciones,
Enio
Meditación
Diaria
¿TU FE HA
SIDO PROBADA?
1a PEDRO 1:6,7 “En lo cual vosotros os alegráis, aunque
ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en
distintas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa
que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en
alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo.”
El oro
es uno de los metales más preciados que existen en la naturaleza. En su estado natural se
encuentra mezclado con otros elementos que le restan calidad. Al someterlo,
mezclado con mercurio, a altas temperaturas los demás componentes se separan,
de manera que al finalizar el proceso se obtiene como resultado
un oro libre de impurezas.
De igual manera en el aspecto
espiritual, nuestra fe debe pasar por un proceso de purificación, el cual se
lleva a cabo a través de las pruebas que encontramos en la vida. El resultado
debe ser una fe fuerte y pura, capaz de llevarnos de las dificultades a la
victoria.
La fe
que no ha sido probada, puede ser fe verdadera, pero con toda seguridad es una
fe débil y pequeña. Permanecerá en ese estado mientras no sea probada. Por eso
DIOS va a probar nuestra fe cada cierto tiempo.
Pero, ¿acaso no sabe DIOS el
tamaño de nuestra fe? ¿No es DIOS omnisciente? ¿No lo sabe El todo? ¿Entonces,
cuál es el fin de probar nuestra fe? Efectivamente, DIOS sabe exactamente el
tamaño y la calidad de nuestra fe. Pero El
quiere que nosotros sepamos cuan pequeña es nuestra fe. Y que sepamos también que a
través de las pruebas podemos aumentar y fortalecer nuestra fe.
No hay árboles de raíces más
fuertes que los que crecen cerca del mar donde tienen que resistir los fuertes
vientos marinos; no hay estrellas que brillen con más intensidad que las que
muestra el cielo polar; no hay agua que sepa tan dulce como la que brota de un
oasis en el candente desierto, y no hay fe más preciosa que aquella que
sobrevive a la adversidad.
Nunca
hubiéramos conocido nuestras propias debilidades si no hubiéramos tenido que
cruzar por aguas turbulentas, y nunca hubiéramos conocido el poder de DIOS si
ÉL no nos hubiera ayudado a cruzar esas aguas.
A medida que vayamos pasando
a través de las pruebas, nuestra fe se irá fortaleciendo si mantenemos nuestra
mirada fija en el Señor, y así seguiremos caminando en esta vida recibiendo más
y más bendiciones de DIOS, hasta que nuestra fe pueda mover montañas y
conquistar lo imposible.
No te desesperes cuando
llegue a ti la prueba. Piensa que DIOS puede utilizar ese período de aflicción
para fortalecer tu fe y prepararte para grandes cosas que ÉL ha dispuesto para
tí.
Mantente firme en la
obediencia y el servicio al Señor, orando y escudriñando Su Palabra día tras
día. El Espíritu Santo producirá
en ti Su fruto, y tu fe será aumentada y fortalecida. Una vez hayas pasado la
prueba satisfactoriamente, el Señor te recompensará de formas que ni siquiera
puedes imaginar.
ORACIÓN: Padre Santo, dame fuerzas
para soportar las pruebas de esta vida, y úsalas para fortalecer y purificar mi
fe, de manera que mi testimonio siempre honre y glorifique tu nombre. Por
Cristo Jesús te lo pido, Amén.
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