¡Úsame Señor!
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meditación.
Bendiciones,
Enio
UN ERROR
PERFECTO
Reflexión
1a CORINTIOS
1: 26,27 "Considerad, pues, hermanos, vuestra
vocación y ved que no hay muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni
muchos nobles; sino
que lo necio del mundo escogió Dios para avergonzar a los sabios; y lo débil
del mundo escogió Dios para avergonzar a lo fuerte;"
Mi abuelo amaba la
vida, especialmente cuando podía hacerle una broma a alguien.
Hasta que un frío
domingo en Chicago, mi abuelo pensó que DIOS le había jugado una broma.
Entonces no le causó mucha gracia.
Él era carpintero. Ese
día particularmente él había estado en la Iglesia haciendo unos baúles de
madera para la ropa y otros artículos que enviarían a un orfelinato a China.
Cuando regresaba a su casa, metió la mano al bolsillo de su camisa para sacar
sus lentes, pero no estaban ahí. Él estaba seguro de haberlos puesto ahí esa
mañana, así fue se regresó a la Iglesia. Los buscó, pero no los encontró.
Entonces se dio cuenta
de que los lentes se habían caído del bolsillo de su camisa, sin él darse
cuenta, mientras trabajaba en los baúles que ya había cerrado y empacado. ¡Sus
nuevos lentes iban camino a China!.
La Gran Depresión
estaba en su apogeo y mi abuelo tenía 6 hijos.
Él había gastado 20 dólares en esos lentes. “No es justo” le dijo a DIOS
mientras manejaba frustrado de regreso a su casa. “Yo he hecho una obra buena
donando mi tiempo y dinero y ahora esto”.
Varios meses después, el
Director del orfelinato estaba de visita en Estados Unidos. Quería visitar
todas las Iglesias que lo habían ayudado cuando estaba en China, así que llegó
un domingo en la noche a la pequeña Iglesia a donde asistía mi abuelo en
Chicago. Mi abuelo y su familia estaban sentados entre los fieles, como de
costumbre.
El misionero empezó por
agradecer a la gente por su bondad al apoyar al orfelinato con sus donaciones.
“Pero más que nada”, dijo “Debo agradecerles por los lentes que mandaron.
Verán, los comunistas habían entrado al orfelinato, destruyendo todo lo que
teníamos, incluyendo mis lentes.
¡Estaba desesperado!
Aún y cuando tuviera el dinero para comprar otros, no había donde. Además de no
poder ver bien, todos los días tenía fuertes dolores de cabeza, así que mis
compañeros y yo estuvimos pidiendo mucho a DIOS por esto. Entonces llegaron sus
donaciones.
Cuando mis compañeros
sacaron todo, "encontraron unos lentes encima de una de las cajas”. El
misionero hizo una larga pausa, como permitiendo que todos digirieran sus
palabras. Luego, aún maravillado, continuó: “Amigos, cuando me puse los lentes,
eran como si los hubieran mandado hacer justo para mí!,
¡Quiero agradecerles
por ser parte de esto!”.
Toda las personas
escucharon, y estaban contentos por los lentes milagrosos. Pero el misionero
debió haberse confundido de Iglesia, pensaron. No había ningunos lentes en la
lista de productos que
habían enviado a China.
Pero sentado atrás en
silencio, con lágrimas en sus ojos, un carpintero ordinario se daba cuenta de
que el Carpintero Maestro lo había utilizado de una manera extraordinaria. Cheryl Walterman
Stewart.
La obra de DIOS no la
hacen personas extraordinarias, sino personas ordinarias que están
comprometidas con ÉL. Puede que digamos a DIOS: «No soy nada, no tengo dones,
muchas veces fracaso miserablemente. ¿En verdad quieres usarme?»
Cuando preguntamos: «¿Desea DIOS
usarme realmente?», la respuesta es clara. DIOS escoge a «lo débil del mundo
para avergonzar a lo fuerte» (1a Corintios. 1:27).
DIOS ha estado usando
personas ordinarias como tú y como yo durante miles de años. ¿Por qué habría de
detenerse ahora?
SE BUSCA: PERSONAS ORDINARIAS
PARA HACER UNA OBRA EXTRAORDINARIA.
ORACIÓN: Padre
Celestial úsame para servir a los demás. En el nombre de Cristo, amén.
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