UNA HERMOSA LECCIÓN DE AMOR... UN HERMOSO
MENSAJE AL CORAZÓN...Y A LA
PACIENCIA.. .YA QUE TODOS DE UNA U OTRA FORMA LLEGAREMOS A ESA
ETAPA... ¡SI DIOS ASI LO DESEA!...
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
NECESITO UN ABRAZO
MATEO 22:30b “Amarás a tu prójimo como a ti mismo".
Hace
veinte años, yo manejaba un taxi para vivir. Lo hacía en el turno nocturno y mi taxi se
convirtió en un confesionario móvil. Los
pasajeros subían se sentaban atrás de mí en total anonimato, y me contaban
acerca de sus vidas. Encontré gente cuyas vidas me
asombraban, me ennoblecían, me hacía reír y me deprimían. Pero ninguna me conmovió tanto como la mujer
que recogí en una noche de Agosto.
Respondí
a una llamada de unos pequeños edificios en una tranquila parte de la
ciudad. Asumí que recogería a algunos
saliendo de una fiesta, o alguien que había tenido una pelea con su amante o un
trabajador que tenía que llegar temprano a una fábrica de la zona industrial de
la cuidad..
Cuando
llegue a las 2:30 a.m., el edificio estaba oscuro excepto por una luz en la
ventana del primer piso. Bajo esas
circunstancias, muchos conductores sólo
hacen sonar su claxon una o dos
veces, esperan un minuto y después se van.
Pero
yo he visto a muchas personas empobrecidas que dependen de los taxis como su
único medio de transporte. Aunque la
situación se veía peligrosa, yo siempre iba hacia la puerta. Este pasajero debe ser alguien que necesita
de mi ayuda, razoné para mí. Por tanto
caminé hacia la puerta y toqué -"Un minuto"-
me respondió una frágil voz.
Pude
escuchar que algo era arrastrado a través del piso y después de una larga
pausa, la puerta se abrió. Una pequeña
mujer de unos ochenta años se paró enfrente de mí. A su lado una pequeña maleta de nylon. El departamento se veía como si nadie hubiera
vivido ahí durante muchos años. Todos
los muebles estaban cubiertos con sábanas, no había relojes en las paredes,
ninguna baratija o utensilio.
En
la esquina había una caja de cartón llena de fotos y una vajilla de
cristal. Repetía su agradecimiento por
mi gentileza., -"No
es nada"-, le dije. -"Yo sólo intento tratar a mis pasajeros de la forma que
me gustaría que mi mamá fuera tratada."
…
-"Oh,
estoy segura de que es un buen hijo",- dijo élla.
Cuando
llegamos al taxi me dio una dirección entonces preguntó: -"¿Podría manejar a través del centro?-…
-"Ese no es el
camino corto",- le respondí rápidamente.
-"Oh no importa”,
dijo élla… -“No tengo prisa, estoy camino del
asilo". La miré por el
espejo retrovisor, sus ojos estaban llorosos.
-"No tengo familia"-, élla
continuó, -"el doctor dice que no me queda mucho
tiempo”-.
Tranquilamente
alcancé y apague el reloj del taxímetro.
-"¿Qué ruta le gustaría tomar?"-,
le pregunté.
Por
las siguientes tres horas manejé a través de la ciudad. Élla me enseñó el edificio donde había
trabajado como operadora de elevadores.
Manejé hacia el vecindario donde élla y su esposo habían vivido cuando
eran recién casados. Me pidió que nos
detuviéramos en frente de un almacén de muebles donde una vez hubo un salón de
baile al que élla iba a bailar cuando era niña.
Algunas veces me pedía que pasara lentamente enfrente de un edificio en
particular o una esquina y veía en la oscuridad, y no decía nada...
Con
el primer rayo de sol apareciéndose en el horizonte, élla repentinamente dijo:
-"Estoy cansada, vámonos ahora"-.
Manejé en silencio hacia la dirección que me
había dado.
Dos
asistentes vivieron hacia el taxi tan pronto como pudieron. Eran muy amables, vigilando cada uno de sus
movimientos. Debían haber estado
esperándola. Abrí la maletera y dejé la
maleta en la puerta. La mujer estaba
lista para sentarse en una silla de ruedas
-"Cuánto le debo"-, preguntó, buscando en su
cartera. -"Nada”-, le
dije..
-"Tienes que vivir de algo",- respondió.
-"Habrá otros pasajeros"-, respondí. Casi sin pensarlo, me agaché y la abracé. Élla me sostuvo con fuerza, y dijo: -"¡¡NECESITO UN ABRAZO!!"-.
Atrás
de mí una puerta se cerró, fue el sonido de una vida concluida. No recogí a ningún pasajero en ese turno,
manejé sin rumbo por el resto del día.
No podía hablar. ¿Qué habría
pasado si a la mujer la hubiese recogido un conductor malhumorado o alguno que
estuviera impaciente por terminar su turno? ¿Que habría pasado si me hubiera
rehusado a tomar la llamada, o hubiera tocado el claxon un vez y me hubiera
ido?
En una vista rápida, no creo que haya hecho
algo más importante en mi vida.
Estamos
condicionados a pensar que nuestras vidas están llenas de grandes momentos,
pero los grandes momentos son lo que nos atrapan bellamente desprevenidos, en
los que otras personas pensarán que sólo son pequeños momentos.
La
gente tal vez no recuerde exactamente lo que tú hiciste o lo que tú dijiste...
pero siempre recordarán cómo los hiciste sentir....
"Conserva el recuerdo del perfume de la rosa
y fácilmente olvidarás que está marchita..."
OREMOS: Gracias DIOS mío por el hermoso mensaje recibido. Ayúdame a tener amor y paciencia con todos y
especialmente con los de la tercera edad ..
ya que todos de una u otra forma llegaremos a esa etapa... ¡Si DIOS así
lo desea!... En el nombre de Cristo, amén.
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