Las oraciones de mi comunidad de fe me pueden fortalecer.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
NO ESTAMOS SOLOS
El Aposento Alto
SALMOS 62:8 “Pueblos, ¡esperad en él en todo tiempo!
¡Derramad delante de él vuestro corazón!
¡DIOS es nuestro refugio!”
Ese miércoles fue uno de esos días en que todo parecía que iba a ser un gran día. Hasta que llegué al hospital. Cuando el cardiólogo terminó de hacerme el estudio me habló directamente y sin rodeos. Sus palabras fueron como un balde de agua fría. «Necesitas que se realice una cirugía de corazón abierto». Nunca me había sentido tan abrumado. Ni siquiera cuando fui informado en plena Navidad a los 22 años que sería enviado a Vietnam. Tampoco cuando recibí órdenes para partir rumbo a Iraq a los 55 años. La noticia era distinta.
En ese momento acudieron muchos pensamientos a mi mente. Me sentí totalmente abrumado, mientras mi esposa trataba de consolarme. En cuestión de segundos nada más, mi fe se había esfumado. Pero muchas llamadas de aliento de parte de amigos, parientes y hermanos de la iglesia me hicieron reaccionar. Sus oraciones no fallaron. ¡Yo no estaba solo! Entonces recordé el Salmo 46.1 «DIOS es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones».
Ésto me devolvió la confianza en mi Salvador. Siempre ha sido mi Consolador y sé que lo seguirá siendo. Aprendí la lección: no debo dudar del poder de mi Señor jamás, no importa cómo me sienta.
OREMOS: PADRE de Misericordia, ayúdanos a recobrar nuestra fe cuando estemos abrumados por las tempestades de la vida.
Por Cristo Jesús, amén.
Sr. Santos Vega (Guayama, Puerto Rico)
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