DIOS valora aun aquellos pequeños actos de servicio que parecen insignificantes.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
ENVEJECER CON GRACIA
El Aposento Alto
MIQUEAS 6:6-8 “Lo que pide el Señor: 6 Tú, Israel, preguntas:
«¿Con qué me presentaré ante el Señor? ¿Cómo adoraré al DIOS Altísimo? ¿Debo presentarme ante él con holocaustos, o con becerros de un año? 7 ¿Le agradará al Señor recibir millares de carneros, o diez mil ríos de aceite? ¿Debo darle mi primogénito a cambio de mi rebelión? ¿Le daré el fruto de mis entrañas por los pecados que he cometido?»
8 ¡Hombre! El Señor te ha dado a conocer lo que es bueno, y lo que él espera de ti, y que no es otra cosa que hacer justicia, amar la misericordia,
y humillarte ante tu DIOS.
Hace poco cumplí 73 años. El año pasado comencé a sentir que mi vida cambiaba. Mi cuerpo envejecía, disminuían la fuerza, energía y resistencia. Ya no podía conducir por la noche. Ahora, necesito usar audífonos y padezco de artritis.
He pasado la vida tratando de ayudar a los demás y, por lo tanto, resiento todo lo que limita mis actos y actividades. Avergonzada y lamentando no poder seguir con lo que solía hacer, me pregunté: ¿Para qué sirvo en esta etapa de la vida? ¿Cuál es mi propósito ahora?
Descubrí las respuestas en Miqueas 6:8 — palabras que me enseñan cómo aceptar la vejez con humildad y gracia. Restauran mi misión y propósito, y me dicen que no son necesarios grandes actos para marcar una diferencia.
Por eso, hoy en día, mi misión y sus efectos son claros.
Cada vez que oro por que reine la justicia, cada acto de piedad que muestro, y cada vez que elijo dar prioridad a otra persona antes que a mí, el mundo gira un poquito para bien — y DIOS se complace.
OREMOS: DIOS Creador, cuando dudamos sobre nuestro propósito, renueva nuestra visión. Ayúdanos a ser siervos fieles y humildes, haciendo lo que podamos para mejorar este mundo. En el amor de CRISTO, amén.
Sra. Virginia Jelinek (Pensilvania, EE.UU.)
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