No huyas de
quien desea ayudarte
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
NO HUYAS DE QUIEN DESEA
AYUDARTE
por Stanley
Jones
ISAÍAS 65:2 “Todo el día extendí mis manos hacia un pueblo rebelde, que va por mal
camino siguiendo sus propias ideas.”
Hay
una historia muy inusual que ilustra la intensidad con la que Jesús “persigue”
al ser humano.
Hace
algún tiempo, una estación de radio informó acerca del robo de un automóvil del
modelo “escarabajo”, de la marca Volkswagen, en California. La policía montó
una intensa búsqueda del vehículo y del hombre que lo robó. Hasta pusieron avisos en las estaciones de
radio locales en busca de colaboración ciudadana que permitiera localizar su
paradero.
La
razón de tan inusual revuelo era que en el asiento delantero del vehículo
robado había una caja de galletas saladas rociadas con veneno, cosa que el
ladrón ignoraba. El dueño del automóvil había tenido la intención de usar las
galletas como cebos para ratas.
Resulta
que la policía y el dueño del automóvil estaban más interesados en apresar al
ladrón para salvarle la vida que para recuperar el vehículo. Desconociendo el peligro que se cernía sobre
él, el ladrón huyó de quien procuraba salvarlo.
Nuestra
vida sería totalmente diferente si entendiéramos todo lo que DIOS hace por
nosotros. Nos busca, nos persigue, desea tenernos con Él para hacernos bien y
regalarnos todos los dones del cielo que pidamos y podamos resistir.
Nos
amó antes de que lo amáramos, nos salvó siendo sus enemigos, y ahora nos corteja
por el ministerio del Espíritu Santo. Coloca trampas de gracia mediante
circunstancias y situaciones, a veces molestas, para llamar nuestra atención,
para que levantemos nuestra vista al cielo y así lo veamos en toda su
hermosura.
Conversaba
con un amigo que se apartó de la iglesia, se separó de su esposa e inició el
camino del pecado. Gracias a DIOS, regresó nuevamente. Llamó mi atención al
decirme: «En mi desobediencia fue cuando DIOS más me bendijo».
Aún
en nuestras transgresiones nos otorga bendiciones que ni esperábamos ni
merecíamos. Lo hace no para que sigamos en desobediencia, sino para que nos
apartemos del pecado. «Aún cuando estuviéramos fascinados en nuestra iniquidad
y rehusáramos oírlo, El nos busca implacablemente. Nos busca en la puerta del
peligro y está esperando nuestra salida. Nos busca por las ásperas colinas de
nuestras aventuras juveniles. Nunca se rinde, es paciente y persistente hasta
que alcanza la victoria».
De
una cosa debes estar seguro: nunca Te dejará en paz; Te perseguirá de mil
maneras, porque Te ama. Ríndete al Señor en este instante. Es la única
alternativa valiosa para ti.
ORACIÓN: Gracias por las muestras de Tu amor.
Por Cristo Jesús, amén.
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