Perdón eterno.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
ENJAULADO(A)
1a JUAN 1:9 «Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y
justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad».
Atrapado en una jaula que ligeramente más grande que su propio cuerpo,
el león apenas si podía avanzar dos pasos hacia delante y dos pasos hacia
atrás. Durante casi toda su vida, el animal pasó cada momento y cada día en su
jaula, haciendo lo mismo una y otra vez.
Un día, después de muchos años, el león finalmente fue liberado en un
lugar de la selva. Pero todo lo que éste hacía era dar dos pasos hacia delante
y dos pasos hacia atrás, una y otra vez. Aunque la jaula ya no existía, el león
imaginaba que seguía allí, entre él y la absoluta libertad.
Algunas veces puede ser difícil para nosotros dejar ir ciertos pecados
aún después que se los hemos confesado a DIOS. Algunos de nosotros nos
aferramos a éllos con tanta fuerza que nos hemos encarcelado en jaulas
innecesarias, 'de culpa y vergüenza', en vez de permitirnos experimentar la
libertad de la gracia de DIOS.
El pasaje de hoy nos dice que. «Si confesamos nuestros
pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de
toda maldad».
Cuando Jesucristo vino a la tierra, se ofreció a Sí mismo como un
sacrificio perfecto, sin mancha e intachable, para morir por todos los pecados
de la humanidad. Era algo eterno y universal para cada generación.
Siempre que pecamos y luego confesamos con honestidad nuestros pecados
a DIOS, Él arroja esos pecados a las profundidades del océano (Miqueas 7:19 "Él volverá a tener misericordia
de nosotros; sepultará nuestras iniquidades y echará a lo profundo del mar
todos nuestros pecados.") y ya no los
recuerda (Hebreos 10:17 "«Y nunca más me acordaré de sus pecados y
transgresiones»"). En Salmos 103:12, la Biblia
promete que «Como está de lejos el
oriente del occidente, así alejó de nosotros nuestra transgresiones.»
No hay pecado que sea demasiado grande para el perdón de DIOS, porque
no hay pecado que sea demasiado para el sacrificio de Jesús. Es la promesa de DIOS
para nosotros, y Sus promesas nunca fallan porque Su fidelidad nunca falla.
Si DIOS puede dejar ir nuestros pecados cuando los confesamos, ¿por
qué nosotros no?
ORACIÓN: Padre Santo, te
doy gracias por Tu infinita misericordia y por Tu amor que sobrepasa todo
conocimiento. Hoy vengo ante Tu trono de gracia arrepentido por haberte
fallado. Te ruego me perdones y me limpies de
toda maldad. Ayúdame a rechazar todo sentimiento de culpabilidad, y hazme sentir la
paz y el gozo de Tu amor y perdón en mi vida. En el nombre de Jesús, Amén.
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