martes, 19 de febrero de 2019

VISTO POR DIOS

DIOS sabe mi nombre y me ve
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
VISTO POR DIOS
Nuestro Pan Diario
**Leer Génesis 16:7-14

GENESIS 16:13 “«Tú eres el DIOS que me ve», porque dijo: «¿Acaso no he visto aquí al que me ve?»”

Mi primer par de lentes abrió mis ojos a un mundo nuevo. Como soy miope, veo claramente los objetos que están cerca, pero veo borroso los que están lejos.
A los doce años, con mis primeros anteojos, quedé maravillada al ver con claridad palabras en las pizarras, hojas pequeñas en los árboles y —quizá lo más importante— sonrisas amplias en los rostros.
Cuando mis amigos sonreían al saludarlos, descubrí que ser visto es un regalo tan grande como la bendición de poder ver.
La sierva Agar entendió ésto cuando huyó del maltrato de su ama Sarai. Agar era una «nadie» en su cultura. Sóla y embarazada, huyó al desierto, sin ayuda ni esperanza. Sin embargo, DIOS la vio, y como resultado, ella pudo verlo a ÉL. El SEÑOR ya no era un concepto turbio, sino un ser real; tan real que ella lo llamó EL ROI: «Tú eres DIOS que ve». Y agregó: «¿No he visto también aquí al que me ve?» (Génesis 16:13).
Nuestro «DIOS que ve» nos ve también a cada uno de nosotros. ¿Te sientes invisible, sólo o que no eres nadie? 
El SEÑOR te ve a ti y tu futuro.
Entonces, nosotros vemos en ÉL nuestra esperanza, aliento y gozo constantes, tanto para hoy como para el futuro. Alabémoslo por este don de la vista asombrosa; por poder ver al único DIOS 
verdadero y viviente.
OREMOS: SEÑOR, gracias por poder verte obrando
en mi vida y a mi alrededor. En el amor de CRISTO, amén.
**Leer Génesis 16:7-14
La halló el Ángel de Jehová junto a una fuente de agua en el desierto, junto a la fuente que está en el camino de Shur. Y le dijo: —Agar, sierva de Sarai, ¿de dónde vienes y a dónde vas?
Ella respondió: —Huyo de delante de Sarai, mi señora.
Le dijo el Ángel de Jehová: —Vuélvete a tu señora y ponte sumisa bajo su mano. Le dijo también el Ángel de Jehová: —Multiplicaré tanto tu descendencia, que por ser tanta no podrá ser contada. Y añadió el Ángel de Jehová: —Has concebido y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Ismael porque Jehová ha oído tu aflicción. Será un hombre fiero, su mano se levantará contra todos y la mano de todos contra  él; y habitará delante de todos sus hermanos.
Entonces dio Agar a Jehová, que hablaba con ella, el nombre de: «Tú eres el DIOS que me ve», porque dijo: «¿Acaso no he visto aquí al que me ve?» Por lo cual llamó al pozo: «Pozo del Viviente-que-me-ve.» Este pozo está entre Cades y Bered.
Agar dio a luz un hijo a Abram, y Abram puso por nombre Ismael al hijo que le dio Agar. Abram tenía ochenta y seis años de edad cuando Agar dio a luz a Ismael.
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