domingo, 28 de agosto de 2022

HISTORIA DE UN BUEN GERENTE

 

El amor de una madre.

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Bendiciones,

Enio

Meditación Diaria

HISTORIA DE UN BUEN GERENTE

 

MATEO 19:19 "Honra a tu padre y a tu madre. Y amarás a tu prójimo como a ti mismo."

 

Un joven, con un récord académico excelente, fue a solicitar un puesto directivo en una gran empresa. Pasó varias primera entrevistas y el director de la empresa hace la última entrevista, y es quien tomará la decisión final.

El director descubrió, a partir del análisis del CV del joven, que los logros académicos fueron excelentes en todo momento, desde la escuela secundaria hasta la investigación de postgrado, nunca había tenido un año en el que no obtuvo excelentes calificaciones.

El director le preguntó: "¿Obtuviste alguna beca en la escuela?" el joven respondió "Ninguna, señor".

El director le preguntó: "¿Fue tu padre quien pagó los honorarios de tu escuela?" El joven respondió: "Mi padre falleció cuando tenía un año de edad, fue mi madre la que pagaba todo".

El director le preguntó: "¿Dónde trabaja tu madre?" El joven respondió: "Mi madre trabaja lavando y planchando ropa."

El director pidió al joven mostrar sus manos. El joven mostró un par de manos lisas y perfectas y le preguntó: "¿Alguna vez ha ayudado a su madre a lavar la ropa antes?" El joven respondió: "No, mi madre siempre quiso que yo estudiara y leyera más libros. Además, mi madre puede lavar la ropa más rápido que yo".

El director dijo: "Tengo una petición. Al volver hoy a casa, anda y limpia las manos de tu madre, y luego ven a verme mañana por la mañana.

El joven sintió que su oportunidad de conseguir el trabajo era muy alta. Cuando regresó a su casa, se sentía feliz y le contó a su mamá cómo le había ido en la entrevista y le pidió verle y limpiarle las manos. Su madre le extrañó el pedido pero a la vez feliz por lo que le contaba su hijo. Con sus sentimientos encontrados le mostró finalmente sus manos.

El joven comenzó a limpiar las manos de su madre lentamente. Sus ojos se llenaron de lágrimas y cayeron mientras él lo hacía. Era la primera vez que se daba cuenta de que las manos de su madre estaban tan arrugadas, con numerosas callosidades y contusiones. Algunos eran tan dolorosos que su madre se estremeció cuando su hijo las limpiaba y las untaba con una crema especial.

Esta fue la primera vez que el joven se dio cuenta de que era este par de manos que lavan la ropa todos los días, los que hicieron posible pagar la cuota de la escuela y la universidad. Los moretones en las manos de su madre fueron el precio que pagó por su graduación, por su excelencia académica y su futuro. Después de terminar la limpieza de las manos de su madre, el joven lavó toda la ropa restante. Esa noche, madre e hijo conversaron durante un tiempo muy largo.

A la mañana siguiente, el joven fue a la oficina del director. El Director le preguntó: "¿Puedes decirme qué pasó ayer en tu casa." El joven respondió: "Ayer limpié las manos de mi madre, y también terminé de lavar toda la ropa que aún quedaba.”

El Director le preguntó: "Por favor, dime qué sientes." El joven dijo: "Ahora sé lo que es el amor de una madre. Sin su abnegación, no habría tenido el éxito que hoy tengo. Segundo, al trabajar juntos y al haberle ayudado a mi madre, ahora me doy cuenta de lo difícil y duro que es conseguir que se haga algo. Tercero, he llegado a apreciar la importancia y el valor de la relación familiar.”

El Director dijo: "Ésto es lo que estoy buscando en mis gerentes. Quiero contratar a una persona que aprecia la ayuda de los demás, una persona que conoce el sufrimiento de los demás para hacer las cosas, una persona que no pondría el dinero como su única meta en la vida. Estás contratado."

Con el paso del tiempo, este joven trabajó muy duro, y recibió el respeto de sus subordinados. Cada empleado trabajó con diligencia y en equipo. El desempeño de la empresa mejoró enormemente.

Un niño, que ha sido protegido y que se le ha dado todo lo que quería, desarrollará una "mentalidad de derecho" y siempre se pondrá en primer lugar. Será ignorante de los esfuerzos de sus padres. Cuando comience a hablar, supondrá que cada persona tiene que escucharlo a él, y cuando se convierta en un gerente, nunca sabrá de los sufrimientos de sus empleados y siempre culpará a los demás.

Para este tipo de personas, que pueden ser buenos académicamente, pueden tener éxito por un tiempo, pero finalmente no tendrán sentido de logro. Se quejan y se llenan de odio y luchar por más.

Si queremos este tipo de protección de los padres, ¿estamos realmente mostrando amor o en su lugar estamos destruyendo al niño?

Tú puedes dejar que tu hijo o hija viva en una casa grande, comer una buena comida, colmarle de comodidades, aprender piano, ver una gran pantalla de televisión, etc., etc. Pero cuando estés cortando el césped o lavando el auto, por favor, permítele que lo experimente.

Después de una comida, que laven los platos y vasos junto con sus hermanos y hermanas. No es porque no tienes dinero para contratar a una persona que lo haga. Es porque quieres enseñarle de una forma correcta.

Quiero que entiendas. No importa lo rico que son tus padres. Que un día tu pelo se poblará de canas, al igual que la madre de ese joven. Lo más importante es que tu hijo aprenda a apreciar el esfuerzo, que experimente la dificultad y que conozca la capacidad de trabajar con otros para hacer las cosas.

OREMOS: PADRE Celestial, gracias por todas las bendiciones que de Ti recibo y por el amor de mis padres. Bendícelos y protégelos. En el nombre de CRISTO, amén.

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