Inocente o culpable…
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
¿EDIFICAS O DESTRUYES?
PROVERBIOS 12:14 “Cada uno se
sacia del fruto de sus labios, y de la obra de sus manos recibe su recompensa.”
La gente habla mucho y pocos se dan
cuenta de lo que están hablando, es decir, pocos se detienen a considerar si lo
que están diciendo está bien o está mal.
Puede ser que lo acelerado de los
tiempos en que nos ha tocado vivir nos lleven presurosamente por cada una de
las actividades que emprendemos, incluyendo la comunicación.
En algunos casos, la verborrea
ocurre porque la necedad se encarga de dirigir los pasos de los ignorantes. En
todo caso, la gente descuida la calidad de las palabras que pronuncia y no se
da cuenta de que las barbaridades que dice traen importantes consecuencias
sobre sus vidas.
Hay personas que mantienen su boca
cerrada porque su temperamento los hace ser taciturnos pero hay otros que
hablan hasta por los codos y como lo establece el dicho popular tomado
directamente de los proverbios de Salomón: el que mucho habla, mucho yerra.
Estemos,
pues, pendientes de no decir más de lo que debemos decir y estemos también
atentos a la calidad de las palabras que salen de nuestra boca. Busquemos
siempre tener una bendición a flor de labios y evitemos el lenguaje negativo a
toda costa. Así evitaremos decir algo indebido de lo que después tendremos que
arrepentirnos y nos daremos a nosotros mismos un conteo de protección para
pensar bien si lo que estamos diciendo trae edificación o destrucción.
Recordemos
que el Señor Jesucristo fue muy claro al respecto: “35 El hombre bueno dice cosas buenas
porque el bien está en él, y el hombre malo dice cosas malas porque el mal está
en él. 36 Y yo les digo que en el día del
juicio todos tendrán que dar cuenta de cualquier palabra inútil que hayan
pronunciado. 37 Pues por tus propias palabras
serás juzgado, y declarado inocente o culpable.” (Mateo 12:35-37)
Acostumbremos
nuestros labios a pronunciar bendiciones y nuestra vida estará llena de ricas
recompensas. ¡Sólo a DIOS sea la gloria!
ORACIÓN:
Padre celestial,
Admito que no he sido cuidados@ al hablar. Te ruego que me perdones y limpies
mi corazón para que de mi boca salgan sólo palabras que edifiquen y no
destruyan a los demás. Llena mi corazón y mi mente de Tu bendita Palabra de
manera que lo que yo hable traiga gloria a Tu nombre. En el nombre de Jesús,
Amén
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