domingo, 15 de marzo de 2015

EL TRIUNFO SOBRE LA AUTOSUFICIENCIA

El Mensaje de DIOS.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria  
EL TRIUNFO SOBRE LA AUTOSUFICIENCIA 
2a CORINTIOS 12:9 “… pero el Señor me ha dicho: «Mi amor es todo lo que necesitas; pues mi poder se muestra plenamente en la debilidad.» Así que prefiero gloriarme de ser débil, para que repose sobre mí el poder de Cristo.
En muchas culturas modernas, la autosuficiencia es apreciada. La gente aplaude la historia de los hombres que salen adelante por sí mismos. A muchas personas no les gusta reconocer la necesidad que tienen de la ayuda de DIOS o de otras personas, ya que una actitud de autosuficiencia parece ser mucho más impresionante. En una palabra, el problema es el orgullo. La adversidad golpea al orgullo.
Pablo escribió que tenía muchas razones para ser arrogante: buena genealogía, educación, fervor religioso, etc. (Filipenses 3:5, 6). Aún después de su conversión, tuvo muchas oportunidades para alardear. DIOS lo había llamado expresamente a llevar el evangelio a los gentiles. Pero el Señor le dio también un "aguijón en la carne", una dificultad tan grande, que necesitaba ayuda espiritual permanente para enfrentarla. Este era el alfiler que hacía estallar el balón de orgullo del apóstol Pablo; lo mantenía tan lleno de agujeros que no podía volver a inflarlo.
DIOS usa la adversidad de manera muy parecida en nuestras vidas. Nos encontramos en una situación que no podemos manejar. Así que tratamos de manejarla solos, pero no pasa nada. Es entonces cuando DIOS ofrece su suficiencia, poder y dirección. Quienes se someten a ÉL hallan nuevas fuerzas, ya que su poder está en ellos.
La autosuficiencia no es ningún trofeo; es una trampa. Es por eso que el mensaje de DIOS es lo contrario a lo que el mundo pregona con tanta fuerza. Quienes quieran vencer la adversidad, deben sacrificar su seguridad en sí mismos, y depender de ÉL. Fuimos creados para depender de DIOS en todo. Separados de ÉL “nada podemos hacer”, afirmó Jesús en Juan 15:5. 
Cuando somos débiles, su Espíritu nos hace fuertes. Somos verdaderamente fuertes cuando somos capaces de reconocer lo débiles que somos.

ORACIÓN: Padre Santo, te ruego escudriñes lo profundo de mi corazón y quita de mí toda altivez, soberbia y autosuficiencia que me separan de Tí. Te pido que pongas en mi corazón un espíritu de humildad y sumisión, y ayúdame a andar en este mundo del modo que sea agradable a Tí. En el nombre de Jesús, amén.

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