domingo, 8 de marzo de 2015

NO DESECHAR LA PALABRA

La Palabra de DIOS.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria    
NO DESECHAR LA PALABRA
SALMO 119:12 ¡Bendito seas, Señor! ¡Enséñame tus decretos.
Esteban compró un juguete nuevo para sus nietos. Después de echar una mirada a las instrucciones, puso el folleto a un lado, y comenzó a armarlo. Unas horas después, ya frustrado, recogió humildemente las instrucciones y siguió los pasos para armar el juguete. Lo hizo en poco tiempo, y los nietos comenzaron a jugar felices. Esteban sabía que el fabricante tenía un plan para armar el juguete. Pero por considerarse un hombre inteligente, pensó que él también podría hacerlo.
Muchas personas hacen lo mismo en cuanto a las Sagradas Escrituras. En vez de tratar a la Palabra de DIOS como un manual para la vida, la miran de vez en cuando y no están seguros de qué hacer después.
La Biblia es como el diagrama que el Padre Celestial nos ha dado de sí mismo. DIOS enseña a los creyentes quién es ÉL, qué piensa, y cómo actúa. Conocer los caminos del Señor nos garantiza decisiones sabias que lo honran a ÉL. La Biblia es también el manual de DIOS para la vida. La Biblia debe ser leída cada día, porque los creyentes no pueden tener éxito o victoria espiritual sin élla.
En el pasaje de hoy, leemos que si una persona quiere tener una vida recta, debe cumplir con los preceptos de la Palabra de DIOS. Por supuesto, la única manera de saber cuáles son, es leyendo, estudiando y meditando en la Biblia. Si no la leyeras, estudiarlas y aplicarlas a tu vida, sería como tragarse un bocado de comida sin masticarlo y después escupirlo de nuevo... sin ningún valor nutricional aprovechado.
Al ser la Biblia la Palabra de DIOS, es tan necesaria como las leyes de la naturaleza. Tú puedes ignorarla, pero lo harás para tu propio mal, así como lo sería si ignoraras la ley de la gravedad. El estudiar la Biblia puede compararse al extraer oro de una mina. Si haces un pequeño esfuerzo y solo “ciernes los guijarros en el arroyo” solo encontrarás un poco de polvo de oro. Pero si te esfuerzas en realmente “excavar en élla”, tu recompensa será de acuerdo a tu gran esfuerzo.
La Palabra de DIOS es nuestra posesión más valiosa. Desecharla es tan insensato como tirar una billetera llena de dinero. Entre las riquezas de la Biblia están historias que nos enseñan cómo servir al Señor, y los principios sobre cómo agradarle. Y sobre todo, tiene un tesoro de enseñanzas para poder tener una vida con propósito.
ORACIÓN: Amante Padre Celestial, gracias por Tu Santa Palabra que es perfecta, alimenta mi espíritu, alegra mi corazón y transforma mi carácter. Ayúdame a escudriñarla cada día para conocerte mejor, vivir una vida de íntima comunión Contigo y conocer los propósitos que tienes para mi vida. Te lo pido en el nombre de Jesús, amén. 


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