La Palabra de
DIOS.
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meditación.
Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
NO DESECHAR LA PALABRA
SALMO
119:12 “¡Bendito seas, Señor! ¡Enséñame tus
decretos”.
Esteban compró un juguete nuevo para
sus nietos. Después de echar una mirada a las instrucciones, puso el
folleto a un lado, y comenzó a armarlo. Unas horas después, ya frustrado, recogió
humildemente las instrucciones y siguió los pasos para armar el juguete. Lo hizo en poco tiempo, y los nietos comenzaron a jugar felices. Esteban
sabía que el fabricante tenía un plan para armar el juguete. Pero por considerarse un hombre inteligente, pensó que él también podría
hacerlo.
Muchas personas hacen lo mismo en
cuanto a las Sagradas Escrituras. En vez de tratar a la Palabra de
DIOS como un manual para la vida, la miran de vez en cuando y no están seguros de
qué hacer después.
La Biblia es como el diagrama que el
Padre Celestial nos ha dado de sí mismo. DIOS enseña a los creyentes quién es ÉL,
qué piensa, y cómo actúa. Conocer los caminos del Señor nos garantiza
decisiones sabias que lo honran a ÉL. La Biblia es también el manual de DIOS
para la vida. La Biblia debe ser leída cada día, porque los creyentes no pueden
tener éxito o victoria espiritual sin élla.
En el pasaje de hoy, leemos que si una
persona quiere tener una vida recta, debe cumplir con los preceptos de la
Palabra de DIOS. Por supuesto, la única manera de saber cuáles son, es leyendo,
estudiando y meditando en la Biblia. Si no la leyeras, estudiarlas y aplicarlas
a tu vida, sería como tragarse un bocado de comida sin masticarlo y después
escupirlo de nuevo... sin ningún valor nutricional aprovechado.
Al ser la Biblia la Palabra de DIOS, es
tan necesaria como las leyes de la naturaleza. Tú puedes ignorarla, pero lo
harás para tu propio mal, así como lo sería si ignoraras la ley de la gravedad.
El estudiar la Biblia puede compararse al extraer oro de una mina. Si haces un pequeño esfuerzo y solo “ciernes los guijarros en el arroyo”
solo encontrarás un poco de polvo de oro. Pero si te esfuerzas en realmente “excavar
en élla”, tu recompensa será de acuerdo a tu gran esfuerzo.
La Palabra de DIOS es nuestra posesión
más valiosa. Desecharla es tan insensato como tirar una billetera llena de
dinero. Entre las riquezas de la Biblia están historias que nos enseñan cómo
servir al Señor, y los principios sobre cómo agradarle. Y sobre todo, tiene un
tesoro de enseñanzas para poder tener una vida con propósito.
ORACIÓN: Amante
Padre Celestial, gracias por Tu Santa Palabra que es perfecta, alimenta mi
espíritu, alegra mi corazón y transforma mi carácter. Ayúdame a escudriñarla
cada día para conocerte mejor, vivir una vida de íntima comunión Contigo y
conocer los propósitos que tienes para mi vida. Te lo pido en el nombre de
Jesús, amén.
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