DIOS está
buscando personas ordinarias para hacer obras extraordinarias.
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meditación.
Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
¡DI
LO QUE PIENSAS!
Nuestro Pan
Diario
**Leer 2 Reyes 5:1-3, 9-14
2 REYES 5:3 “¡Ah, si mi señor estuviera con el profeta,
que está en Samaria! Él entonces lo curaría de su lepra.”
Si eres como la mayoría de las
personas, piensas que cuando DIOS hace algo importante, usa a personas
importantes para hacerlo –personas como Bill
Gates, Nelson Mandela, Billy Graham, o Pablo Neruda. El resto de nosotros
simplemente llenamos el espacio hasta que Jesús venga. Pero éso no es verdad.
Lo que vemos con mayor frecuencia
en las Escrituras es que DIOS usa a gente ordinaria para hacer cosas. Tan sólo échales
una mirada a los inverosímiles profetas del Antiguo Testamento y a los
inverosímiles discípulos del Nuevo Testamento.
La muchacha en 2 Reyes 5 era
simplemente una sierva ordinaria. Pero valientemente sugirió que Naamán, general del ejército del rey de Siria,
acudiera al profeta de Israel para ser sanado.
Lo que suena como una simple
solicitud era de hecho una osada sugerencia. Porque el hecho de Naamán fuera a
Israel significaba que él les estaba dando la espalda a los dioses paganos
locales, invitando a la crítica de parte de sus paisanos por poner en riesgo el
poderío militar y de su nación.
Esta sierva sin nombre podría haber
pagado un precio muy elevado por hacer una sugerencia como ésa, pero élla sabía
dónde se encontraba la verdadera fuente de sanidad. Debido a su profunda
preocupación por el bienestar de Naamán, élla valientemente se arriesgó
para dirigirlo hacia esa fuente –al
único y verdadero DIOS viviente.
Al igual que esta joven sierva,
debemos estar dispuestos a ser usados por DIOS para guiar a nuestros familiares
y amigos a la verdadera fuente de esperanza y sanidad. JS
OREMOS: Gracias Padre Celestial porque puedo compartir
las pruebas de Tú amor, y guiar a mis seres queridos y amigos para que Te
conozcan y encuentren Tu amor y Tu ayuda para solucionar cualquier problema o
enfermedad que estén pasando.
En el nombre de Cristo, amén.
**2 Reyes
5:1-3, 9-14
2 Reyes
5:1-3
1Había un hombre llamado Naamán, jefe del
ejército del rey de Siria, muy estimado y favorecido por su rey, porque el
Señor había dado la victoria a Siria por medio de él. Pero este hombre estaba
enfermo de lepra.
2 En una de las correrías de los sirios contra los israelitas, una
muchachita fue hecha cautiva, y se quedó al servicio de la mujer de Naamán. 3 Esta muchachita dijo a su ama:
—Si mi amo fuera a ver al profeta que está en
Samaria, quedaría curado de su lepra.
2 Reyes 5:9-14
9 Naamán fue, con su carro y sus caballos, y se detuvo a la puerta de
la casa de Eliseo. 10 Pero Eliseo envió un mensajero a que le dijera: «Ve y lávate siete
veces en el río Jordán, y tu cuerpo quedará limpio de la lepra.»
11 Naamán se enfureció, y se fue diciendo: —Yo pensé que iba a salir a
recibirme, y que de pie iba a invocar al Señor su Dios, y que luego iba a mover
su mano sobre la parte enferma, y que así me quitaría la lepra. 12 ¿No son los ríos de Damasco, el Abaná y el
Farfar, mejores que todos los ríos de Israel? ¿No podría yo haber ido a lavarme
en ellos y quedar limpio?
Y muy enojado se fue de allí. 13 Pero sus criados se acercaron a él y le
dijeron:
—Señor, si el profeta le hubiera mandado hacer
algo difícil, ¿no lo habría hecho usted? Pues con mayor razón si sólo le ha
dicho que se lave usted y quedará limpio.
14 Naamán fue y se sumergió siete veces en el Jordán, según se lo había
ordenado el profeta, y su carne se volvió como la de un jovencito, y quedó
limpio.
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