sábado, 21 de octubre de 2017

LA LIBERTAD DE LA SALVACIÓN

Al rendir nuestra vida a JESÚS, encontramos verdadera libertad.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
LA LIBERTAD DE LA SALVACIÓN
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**Leer GALATAS 3:10-13, 21-24
GALATAS 3:24 “ Así fue como la ley nos condujo hasta Cristo para que recibiéramos la salvación por medio de la fe.”
La mayoría de nosotros estamos acostumbrados a trabajar por un sueldo. Nos pagan por un trabajo terminado, y hay una bonificación cuando el esfuerzo supera las expectativas. Es comprensible, entonces, que muchas personas crean que la salvación depende de nuestras acciones.
Los Diez Mandamientos muestran la norma de DIOS para la santidad, pero aparte de Jesús nadie los ha obedecido perfectamente. De hecho, Santiago 2:10 señala que “cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos”. Un solo pensamiento de envidia, un comentario poco amable, un chisme, una mentira o una acción que deshonre a los padres es todo lo que se necesita para ser un transgresor de la ley, de acuerdo con lo que DIOS estipula. Es decir, si la salvación dependiera de nuestra insuficiente justicia, nadie podría salvarse. Pero estas diez normas no tenían la intención de salvarnos; su propósito era mostrar nuestra impotencia y señalarnos a Cristo: De manera que la Ley ha sido nuestro guía para llevarnos a Cristo, a fin de que fuéramos justificados por la fe.” (Gálatas 3:24).
Nuestro Padre Celestial sabía que con nuestras propias fuerzas éramos incapaces de cumplir Su ley. Pero, por Su misericordia, envió a Su Hijo sin pecado para recibir el castigo que nosotros merecíamos por nuestras transgresiones: la muerte: porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro.”  (Romanos 6:23). JESÚS cargó con nuestros pecados, murió y resucitó de la tumba. De este modo, venció al pecado para que podamos ser libres.
La muerte y la resurrección de JESÚS rompieron las cadenas del pecado. No podemos hacer nada para reconciliarnos con DIOS; nuestra única esperanza es aceptar el regalo del sacrificio que JESÚS hizo por nosotros. Al rendir nuestra vida a ÉL, encontramos verdadera libertad.
OREMOS: Gracias Padre Celestial, porque Tu diste a Tu Único hijo, a nuestro Señor Jesucristo, para que todo aquel que en ÉL cree no se pierda más tenga vida eterna. En el nombre de Cristo, amén.
Gálatas 3:10-13
10 Por el contrario, cuantos viven pendientes de cumplir la ley están bajo el peso de una maldición. Así lo dice la Escritura: Maldito sea quien no cumpla constantemente todo lo escrito en el libro de la ley. 11 Y es evidente que, por cumplir la ley, nadie será restablecido por Dios en su amistad, ya que también dice la Escritura: Aquel a quien Dios restablece en su amistad por medio de la fe, alcanzará la vida. 12 Pero la ley no se nutre de la fe, sino que: quien cumpla estos preceptos, por ellos vivirá.13 Fue Cristo quien nos libró de la maldición de la ley, haciéndose por nosotros maldito. Pues dice la Escritura: Maldito sea todo el que muera colgado de un madero.
21 Ley de Moisés y promesas divinas, ¿son, entonces, algo opuesto? ¡De ningún modo! Si se hubiese promulgado una ley capaz de dar vida, sí bastaría con cumplir esa ley para ser restablecidos en la amistad divina. 22 Pero la Escritura presenta al mundo entero dominado por el pecado, precisamente para que se conceda a los creyentes la promesa que Dios les hizo por medio de la fe en Jesucristo.

No esclavos, sino hijos

23 Antes de llegar a la fe éramos prisioneros de la ley, esperando encarcelados que se revelara la fe. 24 Así fue como la ley nos condujo hasta Cristo para que recibiéramos la salvación por medio de la fe.


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