jueves, 23 de agosto de 2018

HAMBRE DEL CORAZÓN

Solo JESÚS es el que ofrece el único pan que satisface verdaderamente.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
HAMBRE DEL CORAZÓN
Nuestro Pan Diario
**Leer Juan 6:32-40 (RV95)
JUAN 6:35 “JESÚS les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre;…”
Mientras iba en el auto con mi esposo, miraba algunos correos en el celular, y me sorprendió una publicidad de una tienda local de rosquillas, justo a la derecha de donde acabábamos de pasar. De repente, mi estómago rugió de hambre. Me maravilló cómo logra la tecnología que los comerciantes nos atraigan a sus establecimientos.
Mientras cerraba el correo, pensé en el constante anhelo de DIOS de que me acerque a Él. El SEÑOR siempre sabe dónde estoy y desea guiar mis decisiones. Me pregunté: ¿Ruge mi corazón por el SEÑOR como lo hace mi estómago al pensar en una rosquilla?
En Juan 6, luego de la alimentación de los 5.000, los discípulos le piden fervientemente a JESÚS que les dé siempre «el pan […] que […] da vida al mundo» (vv. 33-34). Y JESÚS responde: «Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás» (v. 35). ¡Qué asombroso que una relación con Cristo pueda brindar alimento constante a nuestras vidas cada día!
La publicidad de la tienda de rosquillas apuntaba a los deseos de mi cuerpo, pero DIOS, al conocer la condición de mi corazón, me invita a que reconozca mi necesidad de ÉL y que reciba el sustento que nadie más puede proveer.-- elm
OREMOS: Querido DIOS, que recuerde la necesidad que tengo diariamente de alimentarme de Tu presencia.
En el nombre de Cristo, amén
**Leer Juan 6:32-40
Y JESÚS les dijo: De cierto, de cierto os digo: No os dio Moisés el pan del cielo, mas mi Padre os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de DIOS es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo.
Le dijeron: SEÑOR, danos siempre este pan.
JESÚS les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás. Mas os he dicho, que aunque me habéis visto, no creéis. Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera. Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero. Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquél que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.
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