lunes, 20 de agosto de 2018

NUESTRO FUNDAMENTO

Haré de JESÚS la piedra fundamental de mi vida.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
NUESTRO FUNDAMENTO
El Aposento Alto
**Leer Efesios 2:19-22
1 CORINTIOS 3:11 “pues nadie puede poner otro fundamento que el que ya está puesto, que es JESUCRITO.”
Algunos años atrás, nuestro hogar se inundó a consecuencia de un huracán. Tras esta experiencia y porque vivíamos en una zona de estuarios, decidimos elevar nuestra casa para prevenir los daños de futuras tormentas. Una vez que la casa quedó elevada debimos construir un fundamento nuevo. Esta tarea llevó tanto tiempo que nos mudamos a otro lugar durante dos años mientras terminaban la remodelación de la casa.
En aquel tiempo de tanto estrés, me sentí deprimida y me resultaba difícil sobrellevar cada día. Así fue que comencé a leer mi Biblia de estudio y a desarrollar una relación profunda y contínua con JESÚS. No sólo mi casa tuvo un fundamento nuevo, yo también comencé a construir mi vida sobre la roca sólida de las enseñanzas de JESÚS.
Como creyentes, todos somos parte de una misma estructura, la Iglesia, cuya piedra fundamental es JESUCRITO. La piedra fundamental de una base conecta las paredes y soporta el peso del edificio, manteniendo unida toda la estructura. Éso es lo que JESÚS hizo por nosotros cuando murió en la cruz. Llevó el peso de nuestros pecados y ahora nos une a todos viviendo en nosotros a través del ESPÍRITU SANTO.
Nuestra fe está construida en CRISTO JESÚS, y podemos transitar cada día sabiendo que ÉL y Su amor son el Fundamento de nuestras vidas.
OREMOS: Oh SEÑOR, gracias por llevar el peso de nuestros pecados y levantarnos cuando estamos desesperados.
En Tu Santo Nombre, amén.
Sra. Jan Towne (Virginia, EE.UU.)
**Efesios 2:19-22 (DHH)
 Por eso, ustedes ya no son extranjeros, ya no están fuera de su tierra, sino que ahora comparten con el pueblo santo los mismos derechos, y son miembros de la familia de Dios. Ustedes son como un edificio levantado sobre los fundamentos que son los apóstoles y los profetas, y Jesucristo mismo es la piedra principal. En Cristo, todo el edificio va levantándose en todas y cada una de sus partes, hasta llegar a ser, en el Señor, un templo santo. En él también ustedes se unen todos entre sí para llegar a ser un templo en el cual Dios vive por medio de su Espíritu.
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