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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
NO TE OLVIDES DEL SEÑOR
DEUTERONOMIO 10:12 ”Y ahora, Israel, ¿qué te pide
el Señor tu DIOS? Simplemente que le temas y andes en todos sus caminos, que lo
ames y le sirvas con todo tu corazón y con toda tu alma,”
Muynak fue
una vez un floreciente puerto pesquero del mar Aral. Pero hoy está en el borde
de un desierto amargo y salado. Sobre las dunas de arena se ven los huecos
cascos oxidados de una flota pesquera que una vez navegó muy por encima de la
superficie de la fuente de vida de Asia Central.
Las cosas
empezaron a cambiar hacia 1960, cuando los planificadores del gobierno
soviético comenzaron a desviar la fuente de agua del mar Aral para irrigar el
cinturón de algodón más grande del mundo. Sin embargo, nadie pudo prever el
desastre ecológico que resultaría de éllo. El clima se ha vuelto más extremo,
la temporada de cosecha se ha acortado en dos meses, y el ochenta por ciento de
la tierra cultivable de la región se ha arruinado por las tormentas de sal que
azotan desde el secomar.
Podría pasar
con nosotros algo similar a la historia de Muynak. Como creyentes podríamos
desviar nuestra atención de CRISTO y enfocarnos únicamente en las obras que
hacemos en Su nombre, y no centrarnos primeramente en cultivar una comunión
diaria con ÉL.
Muchas
situaciones en la vida tienden a empujarnos fuera de la trayectoria que la Palabra
de DIOS nos indica que sigamos. Debe ser nuestra meta permanecer firmes y
continuar sin desviarnos de la senda trazada por el SEÑOR. La Biblia dice: “Examina la senda de
tus pies, y todos tus caminos sean rectos. No te desvíes a la derecha ni a la
izquierda, aparta tu pie del mal.” (Proverbios 4:26-27).
No es fácil
para el ser humano permanecer en el camino recto durante toda la jornada aquí
en la tierra, pero si mantenemos los ojos fijos en CRISTO, si cada día buscamos
Su rostro en oración, si alimentamos diariamente ese primer amor por medio de la
Palabra de DIOS, tendremos la fuerza para apartar nuestros pies del mal. Y si
nuestra naturaleza pecaminosa en algún momento hiciere que nos desviemos,
nuestro amante PADRE siempre está dispuesto a perdonarnos si venimos a ÉL
arrepentidos y listos a continuar caminando junto a ÉL.
OREMOS: PADRE
Santo, ayúdame a reconocer cualquier cosa que desvíe mi atención de amarte y
servirte a Tí. No permitas que me desvíe del camino que Tú has trazado para mí.
Ayúdame a amarte y adorarte por el resto de mi vida. En el nombre y amor de JESÚS,
amén.
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