jueves, 2 de noviembre de 2017

EL PROCESO DEL PERDÓN

El perdón da libertad de la turbación que acompaña el resentimiento.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
EL PROCESO DEL PERDÓN
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MATEO 6:14 “Por tanto, si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; “
Perdonar a quienes nos han herido es una de las tareas más difíciles. El tener simplemente el deseo de obedecer a DIOS, o de decir las palabras correctas, no cumple necesariamente la tarea. Los recuerdos y el dolor pueden permanecer en la mente, haciéndonos sentir que somos víctimas de una injusticia y despertando ira en nosotros.
Aunque tenemos la responsabilidad de tomar la iniciativa después de haber sido heridos, perdonar es un proceso. Hay que empezar de inmediato para evitar que se desarrolle una raíz de amargura. Pero recuerde que cuanto más profunda sea la herida, más tiempo necesitará para poder perdonar. Nunca se desanime, porque el SEÑOR estará con usted en cada paso del camino.
Arrepentirte ante DIOS es el inicio del proceso. Ven ante Él, confesando cualquier resentimiento y reconociéndolo como pecado. Al poner tu ira y tu dolor delante del SEÑOR, permites que ÉL comience a sanar tu corazón herido.
A veces, el proceso puede también implicar ir a la persona que te ofendió, y confesarle tu actitud pecaminosa hacia élla. Este es un momento, no para acusar o detallar las faltas de la otra persona, sino simplemente para reconocer las tuyas. Aunque la falta cometida contra tí puede parecer mayor que tu actitud de no perdonar a la otra persona, evita la tentación de “jerarquizar” las faltas. Deja el juicio a DIOS.
El perdón da libertad de la turbación que acompaña el resentimiento. Al ocuparte del proceso, tú comenzarás a ver con ojos de compasión a la persona que te hirió. Al final, podrás dar gracias a DIOS por la oportunidad de aprender a perdonar y de vivir en Su gracia abundante.
OREMOS: Gracias Padre Celestial porque en Tu Palabra nos enseñas a perdonar. Señor no me dejes caer en la tentación de reaccionar negativamente contra la persona que me hirió y
ayúdame para que yo tome la iniciativa de perdonarlo.
Te lo pido en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, amén.
**Leer Mateo 6:9-15
Vosotros, pues, oraréis así: »“Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. 10 Venga tu Reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.  11 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. 12 Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros Perdonamos a nuestros deudores. 13 No nos metas en tentación, sino líbranos del mal, porque tuyo es el Reino, el poder y la gloria, por todos los siglos. Amén”.
14 »Por tanto, si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; 15 pero si no perdonáis sus ofensas a los hombres, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.

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