lunes, 15 de julio de 2019

COMO EN UN BOSQUE

A pesar de que somos imperfectos, es con nosotros que DIOS construye su iglesia.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
COMO EN UN BOSQUE
El Aposento Alto
**Leer Romanos 15:1-7 (DHH)

ROMANOS 15:7 “Así pues, acéptense los unos a los otros, como también Cristo los aceptó a ustedes, para gloria de DIOS.”

Mientras atravesábamos el bosque en el automóvil, camino al campamento, iba observando los árboles a la vera del camino. Algunos tenían ramas secas, otros habían perdido lo más alto de su copa y mostraban otras ramas retorcidas o con formas extrañas.
Cada uno de los árboles parecía tener alguna imperfección, pero todos juntos formaban un bosque verde y vibrante, lleno de vida.
Brindaban sombra para los helechos y orquídeas y un hogar para animales e insectos, desde mariposas a ciervos. Asimismo, el bosque nos ofrecía un lugar lleno de paz donde acampar y disfrutar la naturaleza. Hasta los árboles secos tenían un propósito específico. Al pudrirse se convertían en el compost que nutre a los retoños.
Aquel bosque me recordó a las personas que constituimos la iglesia de Cristo. Todos llevamos cicatrices e imperfecciones, cometemos errores y –sin embargo- podemos conformar algo hermoso.
Podemos llevar perdón a los quebrantados, fortaleza a quienes son tentados y levantar a los caídos para que ellos mismos, a su tiempo, puedan hacer lo mismo por nosotros.
En lugar de condenar a quien comete faltas, podemos ofrecernos a escuchar y tender una mano. Juntos hemos de ser una comunidad que sirve al Señor y ayuda a quienes padecen necesidad a la vez que nos fortalecemos unos a otros.
OREMOS: Amado DIOS, ayúdanos a amar a otros así como TÚ nos amas, a pesar de sus imperfecciones y de las nuestras.
En el amor de CRISTO, amén.
Sra. Susan Thogerson Maas (Oregón, EE.UU.)
**Leer Romanos 15:1-7
SEGUIR EL EJEMPLO DE CRISTO
15 Los que somos fuertes en la fe debemos aceptar como nuestras las debilidades de los que son menos fuertes, y no buscar lo que a nosotros mismos nos agrada. Todos nosotros debemos agradar a nuestro prójimo y hacer las cosas para su bien y para la edificación mutua. Porque tampoco Cristo buscó agradarse a sí mismo; al contrario, en él se cumplió lo que dice la Escritura: «Las ofensas de los que te insultaban cayeron sobre mí.» Todo lo que antes se dijo en las Escrituras, se escribió para nuestra instrucción, para que con constancia y con el consuelo que de ellas recibimos, tengamos esperanza. Y DIOS, que es quien da constancia y consuelo, los ayude a ustedes a vivir en armonía unos con otros, conforme al ejemplo de Cristo Jesús, para que todos juntos, a una sola voz, alaben al DIOS y Padre de nuestro Señor Jesucristo.
Así pues, acéptense los unos a los otros, como también Cristo los aceptó a ustedes, para gloria de DIOS.
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