miércoles, 21 de agosto de 2019

CORAZÓN AGRADECIDO

¡Gracias Señor!
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
CORAZÓN AGRADECIDO

SALMOS 92:1,2  “Bueno es alabarte, oh Señor, y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo. Anunciar por la mañana tu misericordia, 
y tu fidelidad cada noche.”

Uno de los desafíos más grandes que un cristiano encuentra en su vida es mantener un corazón genuinamente agradecido y que sinceramente alabe a DIOS, sobretodo en medio de los afanes y las dificultades que diariamente tenemos. 
Hay ocasiones en las que resulta prácticamente imposible ver algo positivo, mucho menos encontrar una razón para dar gracias, especialmente cuando la enfermedad, el divorcio, la pérdida del trabajo o cualquier otra situación negativa se presenta ante tu vida.
Sin embargo, 1ª de  Tesalonicenses 5:18 dice: “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de DIOS para con vosotros en Cristo Jesús.” Es decir, la voluntad de DIOS es que demos gracias en todo.
Pero, ¿cómo puede esperarse que seamos agradecidos
cuando estamos sufriendo?
En primer lugar, debemos recordar que DIOS está en control de todo. ÉL lo sabe todo y tiene poder sobre todo. Si ÉL ha permitido adversidad en tu vida, es por alguna razón, y si pones en el SEÑOR tu confianza y tu amor, a la corta o a la larga, esa razón será para tu beneficio y bendición. Dice Romanos 8:28: “Y sabemos que a los que aman a DIOS, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” 
Además, si miramos a nuestro alrededor y si mantenemos una actitud positiva, siempre encontraremos algo por lo cual dar gracias a DIOS. De lo contrario, sólo seremos capaces de ver lo negativo.
¡Cuántas personas hay que tienen muy pocas posesiones, o incluso su salud no es buena, y sin embargo son felices, y siempre están sonriendo, porque tienen un corazón agradecido capaz de reconocer las bendiciones del SEÑOR y darle gracias! A DIOS le agrada esta actitud, y siempre la recompensa.
En Lucas capítulo 17, JESÚS sanó a diez leprosos, pero sólo uno regresó, y se postró ante ÉL para darle las gracias. Entonces JESÚS le dijo: “Levántate, vete; tu fe te ha salvado.” (Lucas 17:19).
No sólo fue aquel hombre sanado de su enfermedad, sino que su sentido del agradecimiento le llevó a recibir del Señor el regalo más precioso que un ser humano pueda recibir: la salvación de su alma.
El pasaje de hoy nos exhorta a alabar a DIOS. Dice que es bueno alabarle, y declarar su misericordia y su fidelidad en la mañana y en la noche. Es un modelo bíblico orar en la mañana agradecidos por la misericordia de DIOS, buscando protección y dirección para ese día, y orar por la noche dándole gracias a DIOS de corazón por lo que ÉL hizo durante el día. Debes hacer de ésto un hábito en tu vida, cualesquiera sean las circunstancias que te rodean.
Cuando DIOS permite pruebas en tu vida y tú le das gracias por SUS propósitos, a pesar de no entenderlos, tú le estás diciendo al SEÑOR que confías en ÉL y en los resultados. Entonces la gratitud y la actitud estarán íntimamente unidas.
Desde luego, ésto es totalmente imposible desde el punto de vista humano. Nuestra naturaleza carnal sólo siente agradecimiento por los beneficios y bendiciones que recibe, en el momento que los recibe.
Esta característica se ha transmitido entre los seres humanos desde el principio, cuando Adán y Eva pecaron, precisamente por no ser agradecidos a DIOS, y desobedecieron cayendo en pecado por pensar primeramente en éllos mismos. Así lo describe el apóstol Pablo en su carta a los romanos: "Pues habiendo conocido a DIOS, no le glorificaron como a DIOS, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido." (Romanos 1:21).
Es necesario, pues, que conozcamos y mantengamos una íntima comunión con nuestro PADRE Celestial de manera que SU SANTO ESPÍRITU produzca en nosotros esa paz de DIOS que nos capacita para ser agradecidos en cualquier circunstancia, por fe en nuestro SEÑOR. Como dice Colosenses 3:15: “Y la paz de DIOS gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.”
OREMOS: PADRE Santo, te pido perdón por mi ingratitud hacia TÍ. Ayúdame a reconocer todas las bendiciones que diariamente recibo. Llena mi corazón de TU paz y capacítame para ser agradecido aún en momentos en que las cosas no estén marchando bien, sabiendo que TUS planes son siempre buenos y que éllos se llevarán a cabo en mi vida. Gracias, SEÑOR. 
En el nombre de JESÚS, amén.
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