Tu DIOS, a quien sirves con perseverancia, ÉL
te librará.
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meditación.
Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
ALCANZA TUS METAS - EL PUENTE DE BROOKLYN
Renuevo de Plenitud
LUCAS
8:15 “Pero la semilla en la tierra buena,
éstos
son los que han oído la palabra con corazón recto y bueno,
y la
retienen, y dan fruto con su perseverancia.”
(LBLA)
En
1883, un creativo ingeniero de nombre John Roebling se inspiró en la idea de
construir un espectacular puente que conectase Nueva York con Long Island. Sin
embargo, los expertos en construcción de puentes de todo el mundo pensaron que
aquello era imposible y le dijeron a Roebling que se olvidara de la idea.
Simplemente no podía hacerse; no era práctico. Nunca se había hecho
anteriormente.
Roebling
no pudo ignorar la visión que tenía en mente de este puente. Pensaba en ello
todo el tiempo y sabía muy dentro de sí que se podía hacer. Sólo tenía que
compartir su sueño con alguien más. Tras mucha discusión y persuasión logró
convencer a su hijo, Washington, un ingeniero novato, que el puente podía, de
hecho, construirse.
Trabajando
junto por vez primera, padre e hijo desarrollaron conceptos de cómo podría
lograrse y cómo vencer los obstáculos. Con gran entusiasmo e inspiración y la
motivación de un desafío loco por delante, emplearon su cuadrilla y comenzaron
a construir su puente de ensueño.
El
proyecto comenzó bien pero, cuando llevaba unos pocos meses de iniciado, un
trágico accidente en el sitio cobró la vida de John Roebling. Washington
resultó herido y con una medida de daño cerebral, que le significó no poder
caminar, hablar o aún moverse. “Se los dijimos”.
“Hombres locos y sus sueños locos”. “Es tonto perseguir visiones alocadas”.
Todos
tenían un comentario negativo que hacer y sentían que el proyecto debería ser
archivado ya que los Roeblings eran los únicos que sabían cómo construir el
puente. A pesar de su limitación, Washington nunca se desanimó y seguía
teniendo un ardiente deseo de terminar el puente y su mente estaba tan
despierta como siempre.
Intentó
inspirar y transmitirles su entusiasmo a algunos de sus amigos, pero estaban
demasiado intimidados por la tarea. Mientras yacía en su cama de hospital, con
los rayos del sol filtrándose por las ventanas, una suave brisa abrió las
delgadas cortinas blancas y pudo ver el cielo y los topes de los árboles fuera
por un momento.
Parecía
que hubiera un mensaje para él de no rendirse. De repente se le ocurrió una
idea. Todo lo que podía hacer era mover un dedo y decidió hacer su mejor uso de
eso. Haciéndolo, poco a poco desarrolló un código de comunicación con su
esposa. Tocaba el brazo de su esposa con ese dedo, indicándole que quería que
llamase a los ingenieros de nuevo. Entonces usó el mismo método de tocar su
brazo para decirle a los ingenieros qué hacer. Parecía tonto pero el proyecto
estaba de nuevo en camino.
Por
13 años Washington comunicó sus instrucciones con toquecitos de sus dedos al
brazo de su esposa hasta que se terminó el puente. Hoy, el espectacular Puente
de Brooklyn se yergue en toda su gloria como un tributo al triunfo del
indomable espíritu de un hombre y su determinación de no ser derrotado por las
circunstancias. Es también un tributo a los ingenieros y su trabajo de equipo,
y a su fe en un hombre considerado loco por medio mundo. Se levanta como un
monumento tangible al amor y devoción de su esposa que, por 13 largos años,
pacientemente decodificó los mensajes de su esposo y les dijo a los ingenieros
qué hacer.
Tal vez este sea uno de los mejores
ejemplos de una actitud que nunca se resigna al fracaso y que se sobrepone a
las terribles limitaciones físicas para alcanzar una meta imposible. A menudo,
cuando enfrentamos obstáculos en nuestra vida diaria, nuestras vallas se ven
diminutas en comparación con las que otros han tenido que enfrentar.
El Puente de Brooklyn nos muestra que
los sueños que parecen imposibles pueden ser logrados con determinación y
perseverancia, sin importar las probabilidades. Aún el sueño más distante puede
ser alcanzado con determinación y persistencia.
Fuente:
Indian Child
“Tu DIOS, a
quien sirves con perseverancia, ÉL te librará.”
(Daniel 6:16)
OREMOS:
Señor, pongo en Tus manos todos mis metas y deseos.
Ayúdame
a no perder la fe y a lograrlos, de acuerdo a Tu voluntad.
En el
nombre de Cristo, amén.
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