Nada puede impedir que los propósitos de nuestro
Señor se cumplan.
Comparte
esta meditación.
Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
DIOS ESTÁ PRESENTE EN LOS DÍAS MALOS
Ministerios En Contacto
**GÉNESIS 39:20-23 “Tomó
su amo a José y lo puso en la cárcel, donde estaban los presos del rey; y allí
lo mantuvo.21 Pero
Jehová estaba con José y extendió a él su misericordia, pues hizo que se ganara
el favor del jefe de la cárcel. 22 El jefe de la cárcel puso en manos de José el cuidado de
todos los presos que había en aquella prisión; todo lo que se hacía allí, él lo
hacía. 23 No necesitaba atender el jefe de la cárcel cosa alguna de
las que estaban al cuidado de José, porque Jehová estaba con José,
y lo que él hacía, Jehová lo
prosperaba.“
En
las noticias vemos regularmente imágenes de calamidades en nuestro mundo. Y, en
lo personal, también experimentamos tiempos difíciles. Lo mismo sucede con
familiares y amigos que enfrentan dificultades con sus hijos, la pérdida de
empleos y rupturas matrimoniales.
Como
cristianos, tenemos un Padre Celestial que ha prometido estar con nosotros en
nuestras dificultades. Podemos confiar en ÉL; DIOS sabe antes que nosotros lo
que sucederá; nada está oculto a sus ojos: “Y no hay cosa creada
que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están
desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.” (Hebreos
4:13). DIOS ve en la oscuridad de los tiempos
borrascosos, con tanta claridad como lo hace a la luz del día: “Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su
presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de
aquel a quien tenemos que dar cuenta.” (Salmo
139:11-12). Por medio de Su Espíritu, el Señor nos da
consuelo, fortaleza y sabiduría para perseverar.
La
historia de José ilustra esta verdad. Tras ser rechazado por sus hermanos y
vendido como esclavo, fue acusado falsamente por la esposa de su amo y
encarcelado. Pero en medio de esos malos momentos, el joven hebreo experimentó
la presencia y el favor de DIOS.
Dudo que José comprendiera los
designios del Señor durante su esclavitud y encarcelamiento. Pero después, como
segundo al mando de Faraón, entendió el propósito de DIOS al permitir esos años
difíciles. DIOS usó todas las adversidades en la vida de José para lograr su
magnífico plan: “4 Pero José les dijo: —Acercaos ahora a mí. Ellos se acercaron, y él
les dijo: —Yo soy José, vuestro hermano, el que vendisteis a los egipcios.5 Ahora, pues, no os entristezcáis ni os pese haberme vendido acá,
porque para salvar vidas me envió Dios delante de vosotros. 6 Pues ya ha habido dos años de hambre en medio de la tierra, y aún
quedan cinco años en los cuales no habrá arada ni siega. 7 Dios me envió delante de vosotros para que podáis sobrevivir sobre
la tierra, para daros vida por medio de una gran liberación. 8 Así, pues, no me enviasteis acá vosotros, sino Dios, que me ha
puesto por padre del faraón, por señor de toda su casa y por gobernador en toda
la tierra de Egipto.” (Génesis 45:4-8) y “Vosotros pensasteis hacerme mal, pero Dios lo encaminó a
bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener con vida a mucha gente.” (Génesis 50:20).
Cuando los problemas te golpeen,
recuerda la verdad de DIOS y cobra ánimo. El Espíritu Santo que mora en
nosotros tiene los recursos para darnos lo que necesitamos, prepararnos para la
experiencia y sostenernos con Su presencia durante los días malos. Nada puede
impedir que los propósitos de nuestro Señor se cumplan: “Jehová de
los ejércitos lo ha determinado, ¿y quién lo impedirá? Y su mano extendida,
¿quién la hará retroceder?” (Isaías 1:27).
OREMOS: Gracias Padre Celestial porque Tú estás presente en mis días malos.
Me guardas, me sostienes y me das la paz que sólo Tú puedes dar. Gracias Señor
por las pruebas de Tu amor. Ayúdame a no perder la fe. Te lo pido en el nombre
de nuestro Señor Jesucristo, amén.
José y la esposa
de Potifar
39 Llevado,
pues, José a Egipto, Potifar, un egipcio oficial del faraón, capitán de la
guardia, lo compró de los ismaelitas que lo habían llevado allá. 2 Pero
Jehová estaba con José, quien llegó a ser un hombre próspero, y vivía en la
casa del egipcio, su amo. 3 Vio su
amo que Jehová estaba con él, que Jehová lo hacía prosperar en todas sus
empresas. 4 Así halló
José gracia a sus ojos, y lo servía; lo hizo mayordomo de su casa y entregó en
su poder todo lo que tenía. 5 Desde el
momento en que le dio el encargo de su casa y de todo lo que tenía, Jehová
bendijo la casa del egipcio a causa de José, y la bendición de Jehová estaba
sobre todo lo que tenía, tanto en la casa como en el campo. 6 Él mismo
dejó todo lo que tenía en manos de José, y con él no se preocupaba de cosa
alguna sino del pan que comía.
José era
de hermoso semblante y bella presencia, 7 y
aconteció después de esto, que la mujer de su amo puso sus ojos en José, y le
dijo:
—Duerme
conmigo.
8 Pero él
no quiso, y dijo a la mujer de su amo:
—Mi señor
no se preocupa conmigo de lo que hay en casa, y ha puesto en mis manos todo lo
que tiene. 9 No hay
otro mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha reservado sino a ti, por
cuanto tú eres su mujer. ¿Cómo, pues, haría yo este gran mal, y pecaría contra
Dios?
10 Hablaba
ella a José cada día, pero él no la escuchaba para acostarse al lado de ella,
para estar con ella. 11 Pero
aconteció un día, cuando entró él en casa a hacer su oficio, que no había nadie
de los de casa allí. 12 Entonces
ella lo asió por la ropa, diciendo:
—Duerme
conmigo.
Pero él,
dejando su ropa en las manos de ella, huyó y salió. 13 Cuando
ella vio que le había dejado la ropa en sus manos y había huido fuera,14 llamó a
los de casa, y les dijo:
—Mirad,
nos ha traído un hebreo para que hiciera burla de nosotros. Ha venido a mí para
dormir conmigo, y yo di grandes voces. 15 Al ver
que yo alzaba la voz y gritaba, dejó junto a mí su ropa, y salió huyendo.
16 Puso ella
junto a sí la ropa de José, hasta que llegó su señor a la casa. 17 Entonces
le repitió las mismas palabras, diciendo:
—El
siervo hebreo que nos trajiste, vino a mí para deshonrarme. 18 Y cuando
yo alcé mi voz y grité, él dejó su ropa junto a mí y huyó fuera.
19 Al oír el
amo de José las palabras de su mujer, que decía: «Así me ha tratado tu siervo»,
se encendió su furor. 20 Tomó su
amo a José y lo puso en la cárcel, donde estaban los presos del rey; y allí lo
mantuvo.21 Pero
Jehová estaba con José y extendió a él su misericordia, pues hizo que se ganara
el favor del jefe de la cárcel. 22 El jefe
de la cárcel puso en manos de José el cuidado de todos los presos que había en
aquella prisión; todo lo que se hacía allí, él lo hacía. 23 No
necesitaba atender el jefe de la cárcel cosa alguna de las que estaban al
cuidado de José, porque Jehová estaba con José, y lo que él hacía, Jehová lo
prosperaba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario