sábado, 3 de junio de 2017

¿SOY AGRADECIDO?

Todo lo bueno que tenemos es un regalo de DIOS.
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Bendiciones
Enio
Meditación Diaria
¿SOY AGRADECIDO?
SALMOS 100:4 “Entren por sus puertas con acción de gracias; vengan a sus atrios con himnos de alabanza; dénle gracias, alaben su nombre”.
         Tenemos muchas razones para ser agradecidos. Todo lo bueno que tenemos necesita ser mirado como un regalo de DIOS. Si no lo miro como un regalo, entonces lo veo como un derecho y cuando lo veo como un derecho termino exigiendo mis derechos, protestando por mis derechos y angustiándome por mis derechos. Cuando todo lo veo como un regalo, termino dando gracias a DIOS por sus regalos. 
         La actitud es lo que cuenta. Necesitamos vivir con esa actitud de agradecimiento a DIOS.  La gratitud es un reconocimiento de que la vida no me debe nada y todo lo he recibido como un regalo de DIOS.
         Todo lo que tengo es un verdadero regalo. Mi espos@ es un regalo, mis hij@s son un regalo, mi cuerpo es un regalo, la salud es un regalo, la comida es un regalo, la casa es un regalo, etc., etc., etc.  Gratitud es el punto donde comienzo a experimentar a DIOS de una manera poderosa, sin comparación alguna y maravillosa.
  El Talmud judío narra la conocida historia de Bruria. Bruria y su esposo, Rabbi Meir, tenían dos hijos los cuales murieron un Viernes antes del Shabbat. Bruria decidió no decirle a su esposo acerca de la muerte de sus dos hijos sino después de celebrar el Shabbat, ya que de acuerdo a la ley Judía, no se permite tener un funeral ni expresar luto en el Sábado. De todas maneras no había nada que éllos pudieran hacer sino hasta después del Sábado. Bruria guardó la información para élla misma y dejó que su esposo gozara la celebración del Shabbat. (Imagínense la capacidad de esa mujer para hacer éso, tratando de explicarle a su esposo donde estaban sus hijos…).
  Cuando la celebración del Sábado terminó, élla le preguntó a su esposo: ¿Cuál debe ser la apropiada actitud de una persona a quien le han prestado dos joyas muy valiosas y el propietario de las dos joyas ha pedido que se le retorne esas dos joyas? El esposo respondió: Esa persona necesita regresarlas al propietario. 
  Entonces Bruria tomó a su esposo de la mano y lo llevó al cuarto donde yacían sus hijos muertos y le dijo: “DIOS nos ha solicitado que le retornemos las dos joyas que nos prestó”.   
         Bruria enseñó de esa manera la lección trasformadora de la vida. Todo lo que tenemos no sólo es un regalo, sino también un préstamo. 
No somos señores de nada, somos sólo siervos a quien El Señor les ha prestado todo.  Cuando entendemos que todo es un regalo y un préstamo de DIOS, comenzamos a sentir gratitud hacia DIOS, la fuente de todo bien.  
         Nunca olvidemos todas las bendiciones que rodean nuestra vida. No malgastes tu tiempo viendo lo malo solamente cuando hay tanto bueno por qué agradecer. Sobre todo, debemos dar gracias a DIOS por el regalo de la salvación que nos dio por medio de Cristo Jesús --el más grande regalo que hemos recibido de DIOS— que ha hecho posible que en nuestra condición de pecadores, nos haya adoptado como Sus hijos.
         El amor incondicional de DIOS, Su infinita misericordia y Su maravillosa gracia se manifestaron al no darnos lo que merecíamos, “la muerte eterna”, y regalarnos lo que no merecíamos, “la vida eterna”.
Dice Romanos 6:23: “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de DIOS es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.” 
         Si aún no posees este precioso regalo, dispón tu corazón para recibir el perdón de DIOS, aceptando a Su Hijo Jesucristo como tu Salvador personal.
OREMOS: Gracias Señor… ¿Por qué olvidarme hoy de Tu bondad y Tu amor? Déjame elevar ante Tí esta oración con fervor, y así con un corazón abierto decirte: Muchas gracias mi Señor, recibo con gozo todas las muestras de Tu bondad y amor, y también Tu misericordia y Tu perdón. Gracias Padre Santo, gracias una vez más por proveer el medio, a través del sacrificio de Tu Hijo amado, para perdonarme y lavarme de toda mi maldad. Te ruego pongas en mi corazón la plena convicción de ese perdón y que yo pueda vivir una vida de victoria. Gracias por las pruebas de Tu amor. En el nombre de Jesús, amén.
 Salmo 100
1 Aclamen alegres al Señor, habitantes de toda la tierra; 2 adoren al Señor con regocijo.  Preséntense ante él  con cánticos de júbilo. 3 Reconozcan que el Señor es DIOS; él nos hizo, y somos suyos.  Somos su pueblo, ovejas de su prado.
4 Entren por sus puertas con acción de gracias; vengan a sus atrios con himnos de alabanza; dénle gracias, alaben su nombre. 5 Porque el Señor es bueno y su gran amor es eterno; su fidelidad permanece para siempre.


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