lunes, 4 de junio de 2018

AGUA DE VIDA

En la Ciudad de DIOS nunca habrá contaminación.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
AGUA DE VIDA
Renuevo de Plenitud
APOCALIPSIS 22:1 “Luego el ángel me mostró un río de agua de vida, claro como el cristal, que salía del trono de DIOS y del Cordero.”
Hay un río llamado Meno, nace entre la floresta en el Monte de los Pinos, en Alemania. Donde nace, sus aguas son tan claras y puras que pueden ser bebidas sin ninguna preocupación de contaminación.
Sin embargo, a medida que va pasando por aldeas y ciudades, debido a las industrias y a la basura que la gente va arrojando, se va contaminando a tal punto que ni la hierba en sus orillas logra crecer cuando desemboca en el mar.
Nuestra vida puede ser comparada con un río como ése. Cuando nacemos, somos puros e ingenuos, y desconocemos la suciedad del mundo. Pero, con el pasar de los años, vamos acumulando diariamente experiencias mediante los amigos, los grupos sociales y las diversiones, que incorporan a nuestra vida el egoísmo, la mentira, el odio, la avaricia, los celos, el temor, la envidia; en fin, tanta basura que acabamos contaminados.
Afortunadamente, el río termina su contaminación cuando entra en contacto con el océano.
De la misma forma, podemos encontrar influencias purificadoras a lo largo de nuestra vida. Una de ellas son los buenos profesores que aconsejan y orientan a sus alumnos para que alcancen una vida feliz y de éxito. Los buenos amigos también pueden ser influencias purificadoras. Los buenos consejos y las palabras amigas pueden ayudarnos a apartarnos de las cosas perjudiciales.
La verdadera purificación, sin embargo, sólo puede ser ofrecida por DIOS, mediante su Hijo JESÚS. Solo ÉL nos puede perdonar y renovarnos. Aquel que purificó a los leprosos en el pasado también está listo para oír nuestros pedidos y purificarnos de las malas influencias de cada día.
Llegará el día en el que DIOS establecerá la Tierra Nueva, con habitantes santificados y glorificados por causa de la salvación dada por JESÚS. Entraremos entonces en contacto con otro río: el río de la vida, cuyas aguas son puras y cristalina. Ese río jamás se contaminará, aunque atraviese la ciudad. Sí, porque en la Ciudad de DIOS nunca habrá contaminación.
Fuente: Historias Inolvidables, Editorial APIA
ORACIÓN: Señor, gracias por las influencias purificadoras que Tú has puesto en mi camino y porque enviaste a Tu Hijo Unigénito para que todo aquel que en El cree no se pierde sino para que tenga vida eterna.  Gracias Señor porque me ayudas a apartarme de las cosas que me contaminan. Te pido Señor que me ayudes continuar en ese camino y estilo de vida que te agrada, que pueda ser influencia purificadora para otros y bendíceme, por Cristo Jesús, amén.
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