jueves, 7 de junio de 2018

EL RUEGO DE UN CIEGO


El Padre se deleita en darles la vista a aquellos que se lo piden.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
EL RUEGO DE UN CIEGO
Nuestro Pan Diario
**Leer Lucas 18:35-43
LUCAS 18:38 “… ¡JESÚS, Hijo de David, ten misericordia de mí!”
Hace unos años, un compañero de viaje observó que me costaba ver objetos a la distancia. Lo que hizo fue sencillo pero revelador. Se sacó los anteojos y me dijo: «Prueba con ésto». Cuando me los puse, me sorprendió que se me aclarara la visión. Al tiempo, fui a un oculista que me recetó anteojos.
La lectura de hoy presenta a un hombre que no podía ver. Vivir en completa oscuridad lo había obligado a mendigar. Sin embargo, había escuchado sobre JESÚS, el conocido maestro y hacedor de milagros. Así que, cuando el itinerario de viaje de JESÚS lo llevó donde estaba sentado aquel ciego, este se llenó de esperanza. Le dijo: «¡JESÚS, Hijo de David, ten misericordia de mí!» (v. 38). Aunque no podía ver físicamente, tenía una perspectiva espiritual de la verdadera identidad de JESÚS. Impulsado por su fe, «clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí!» (v. 39). ¿Cuál fue el resultado? Su ceguera fue resuelta, y él bendijo a DIOS porque podía ver (v. 43).
En momentos de oscuridad, ¿a quién o a qué recurres? Las recetas de anteojos ayudan a mejorar la visión, pero es el toque misericordioso de JESÚS, el Hijo de DIOS, lo que lleva a las personas de la oscuridad espiritual a la luz. — Arthur Jackson
OREMOS: Padre, abre los ojos de mi corazón para ver claramente 
Quién es JESÚS. En SU Nombre, amén.
**Leer Lucas 18:35-43 (DHH)
JESÚS sana a un ciego en Jericó
35 Cuando ya se encontraba JESÚS cerca de Jericó, un ciego que estaba sentado junto al camino pidiendo limosna, 36al oír que pasaba mucha gente, preguntó qué sucedía. 37 Le dijeron que JESÚS de Nazaret pasaba por allí, 38y él gritó: — ¡JESÚS, Hijo de David, ten compasión de mí!
39 Los que iban delante lo reprendían para que se callara, pero él gritaba más todavía: — ¡Hijo de David, ten compasión de mí!
4O JESÚS se detuvo y mandó que se lo trajeran. Cuando lo tuvo cerca, le preguntó: 41 — ¿Qué quieres que haga por ti?  El ciego contestó: —Señor, quiero recobrar la vista.
42 JESÚS le dijo: — ¡Recóbrala! Por tu fe has sido sanado.
43 En aquel mismo momento el ciego recobró la vista, y siguió a JESÚS alabando a Dios. Y toda la gente que vio esto, también alababa a Dios.
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