viernes, 1 de octubre de 2021

NUESTRA DEPENDENCIA DE DIOS

 

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Bendiciones,

Enio

Meditación Diaria

NUESTRA DEPENDENCIA DE DIOS

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2ª REYES 19:9-20” Allí el rey de Asiria oyó decir que el rey Tirhaca de Etiopía había emprendido una campaña militar contra él. Una vez más, el rey de Asiria envió embajadores al rey Ezequías de Judá, 10 a decirle: «Tu Dios, en el que tú confías, te asegura que Jerusalén no caerá en mi poder; pero no te dejes engañar por él. 11 Tú has oído lo que han hecho los reyes de Asiria con todos los países que han querido destruir. ¿Y te vas a salvar tú? 12 ¿Acaso los dioses salvaron a los otros pueblos que mis antepasados destruyeron: a Gozán, a Harán, a Résef, y a la gente de Bet-edén que vivía en Telasar? 13 ¿Dónde están los reyes de Hamat, de Arpad, de Sefarvaim, de Hená y de Ivá?»

14 Ezequías tomó la carta que le entregaron los embajadores, y la leyó. Luego se fue al templo y, extendiendo la carta delante del Señor, 15 oró así: «Señor, Dios de Israel, que tienes tu trono sobre los querubines: tú solo eres Dios de todos los reinos de la tierra; tú creaste el cielo y la tierra. 16 Pon atención, Señor, y escucha. Abre tus ojos, Señor, y mira. Escucha las palabras que Senaquerib mandó decirme, palabras todas ellas ofensivas contra ti, el Dios viviente. 17 Es cierto, Señor, que los reyes de Asiria han destruido las naciones y sus tierras, 18 y que han echado al fuego sus dioses, porque en realidad no eran dioses, sino objetos de madera o de piedra hechos por el hombre. Por eso los destruyeron. 19 Ahora pues, Señor y Dios nuestro, sálvanos de su poder, para que todas las naciones de la tierra sepan que tú, Señor, eres el único Dios.»

20 Entonces Isaías mandó a decir a Ezequías: «Esto dice el Señor, Dios de Israel: “Yo he escuchado la oración que me hiciste acerca de Senaquerib, rey de Asiria.”

 

A diferencia del rey Ezequías, es probable que tú no te enfrentes a un ejército invasor. Pero si eres como la mayoría de las personas, tu vida está llena de obstáculos, problemas y necesidades cotidianas que amenazan tu paz y seguridad. ¿Qué haces al respecto? ¿Confías en tus propias fuerzas y tu talento para encontrar un camino, o pides ayuda a DIOS?

Uno de los propósitos de la oración es hacernos conscientes de nuestra dependencia del SEÑOR. Ninguna preocupación es demasiado pequeña para llevarla a ÉL, y nada es demasiado grande que ÉL no pueda manejarlo. De hecho, se nos dice que no nos preocupemos por nada y que oremos por todo: No se aflijan por nada, sino preséntenselo todo a Dios en oración; pídanle, y denle gracias también.” (Filipenses 4:6). El resultado de la dependencia en la oración es una paz inexplicable, incluso en medio de circunstancias inalterables Así Dios les dará su paz, que es más grande de lo que el hombre puede entender; y esta paz cuidará sus corazones y sus pensamientos por medio de Cristo Jesús.” (Filipenses 4:7).

A veces olvidamos que somos criaturas que dependen por completo del CREADOR para poder respirar. La oración es un privilegio que DIOS nos ha dado a Sus hijos; nos permite poner humildemente nuestras preocupaciones ante nuestro PADRE, confiando en que ÉL dirigirá nuestro camino y proveerá para nuestras necesidades. No tenemos nada que perder, excepto nuestro orgullo y autosuficiencia, junto con el temor y la ansiedad resultantes.

OREMOS: Gracias PADRE Celestial porque Tú siempre andas a nuestro lado y nos ayudas toda vez que en oración te lo pedimos. Ponemos en Tus manos nuestras preocupaciones confiando en que Tú dirigirás nuestro caminar y proveerás todas nuestras necesidades. En el nombre de CRISTO, amén.

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