martes, 7 de octubre de 2014

EL PODER DE LA LENGUA

¡CUIDADO   !
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria 
EL PODER DE LA LENGUA
PROVERBIOS 25:23 “Con el viento del norte vienen las lluvias; con la lengua viperina, las malas caras.”
Este es un tema sobre el cual no puede dejar de escribirse, aplica a muchos, si no a todos, puesto que nuestra naturaleza pecaminosa es indomable.  Si la gente supiera el peso que tienen las palabras se abstendría de hablar tanto. Nadie en su sano juicio se pone a jugar con una espada afilada, con una serpiente venenosa, con una granada explosiva, con una ametralladora cargada, con un frasco lleno de nitroglicerina, con una barra de uranio o con un taco de dinamita cuya mecha esté encendida. No obstante a la hora de utilizar la boca para expresarse lo hacen con el mayor descuido posible lanzando al aire toda clase de maldiciones y malos deseos.
Así como en la gran mayoría de las sociedades modernas se exige un permiso para poder portar un arma debería exigirse un permiso para hablar. Dice también la palabra de DIOS que los chismes son como dulces bocados que se deslizan hasta las entrañas. las palabras al principio lucen como inofensivas pero luego de que son esparcidas son potentes cuchillas que cortan todo tipo de tejido y causan muchas heridas.
¿Cómo estamos usando el poder de la lengua? ¿Hablamos más bendiciones o nos limitamos a la maldiciones? ¿Nos cuidamos de hablar mal de nuestro prójimo independientemente del daño que éste nos pueda haber hecho? ¿Seguimos utilizando nuestra lengua para hacer daño a pesar de que sabemos cuánto mal es capaz de hacer? 
En la epístola de Santiago encontramos que: “También la lengua es un fuego, un mundo de maldad. Siendo uno de nuestros órganos, contamina todo el cuerpo y, encendida por el infierno, prende a su vez fuego a todo el curso de la vida. El ser humano sabe domar y, en efecto, ha domado toda clase de fieras, de aves, de reptiles y de bestias marinas; pero nadie puede domar la lengua. Es un mal irrefrenable, lleno de veneno mortal.”
Cuidémonos, pues, de utilizar nuestra lengua para ninguna cosa que no sea el bien. Pensemos bien lo que hemos de decir antes de dejar que las palabras salgan de nuestra boca. Una vez que éllas salen ya no hay manera de recogerlas. Busquemos pues dominar nuestra lengua con la ayuda de DIOS y utilicemos siempre nuestra palabras para bendecir.
Te invito a que cada día luchemos por crear el hábito de quedarnos callados y refrenar nuestra lengua cuando no hay nada positivo e inteligente que decir. Sabemos que en muchas ocasiones nos será muy difícil, pero de eso trata la vida cristiana, de negarnos a nosotros mismos y comenzar a hacer la voluntad de nuestro Padre Celestial.  Dejémonos guiar por DIOS en éste y otros aspectos de nuestra vida, y… ¡Sólo a ÉL sea la Gloria!.
ORACIÓN: DIOS mío, anhelo cada día hacer Tu voluntad y ser agradable a Ti. Reconozco que solo Tu tienes el poder sobrenatural de transformar mi vida, Tú mejor que nadie conoces mi corazón y las intenciones que hay en él. En este día en especial quiero pedirte que me ayudes a refrenar mi lengua, que traigas a mi mente y mi corazón el sentir y pensamiento de quedarme callad@ en las ocasiones en donde mis palabras puedan dañar o en donde mis palabras puedan provocar a una mala reacción. En este día me propongo a crear el habito de refrenar mi lengua de decir mal, que Tú seas la fuente que me impulse a crear dicho habito, sin Ti no puedo, pero Contigo se que soy más que vencedor@. Gracias Señor, porque se que me ayudarás. En el Nombre de Jesús, amen.


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