¡CUIDADO !
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
EL PODER DE LA LENGUA
PROVERBIOS 25:23 “Con el viento del norte vienen
las lluvias; con la lengua viperina, las malas caras.”
Este es un tema sobre el cual no
puede dejar de escribirse, aplica a muchos, si no a todos, puesto que nuestra
naturaleza pecaminosa es indomable. Si
la gente supiera el peso que tienen las palabras se abstendría de hablar tanto.
Nadie en su sano juicio se pone a jugar con una espada afilada, con una
serpiente venenosa, con una granada explosiva, con una ametralladora cargada,
con un frasco lleno de nitroglicerina, con una barra de uranio o con un taco de
dinamita cuya mecha esté encendida. No obstante a la hora de utilizar la boca
para expresarse lo hacen con el mayor descuido posible lanzando al aire toda
clase de maldiciones y malos deseos.
Así como en la gran mayoría de
las sociedades modernas se exige un permiso para poder portar un arma debería
exigirse un permiso para hablar. Dice también la palabra de DIOS que los
chismes son como dulces bocados que se deslizan hasta las entrañas. las
palabras al principio lucen como inofensivas pero luego de que son esparcidas
son potentes cuchillas que cortan todo tipo de tejido y causan muchas heridas.
¿Cómo estamos usando el poder de
la lengua? ¿Hablamos más bendiciones o nos limitamos a la maldiciones? ¿Nos
cuidamos de hablar mal de nuestro prójimo independientemente del daño que éste
nos pueda haber hecho? ¿Seguimos utilizando nuestra lengua para hacer daño a
pesar de que sabemos cuánto mal es capaz de hacer?
En la epístola de Santiago encontramos
que: “También la
lengua es un fuego, un mundo de maldad. Siendo uno de nuestros órganos,
contamina todo el cuerpo y, encendida por el infierno, prende a su vez fuego a
todo el curso de la vida. El ser humano sabe domar y, en efecto, ha domado toda
clase de fieras, de aves, de reptiles y de bestias marinas; pero nadie puede
domar la lengua. Es un mal irrefrenable, lleno de veneno mortal.”
Cuidémonos, pues, de utilizar
nuestra lengua para ninguna cosa que no sea el bien. Pensemos bien lo que hemos
de decir antes de dejar que las palabras salgan de nuestra boca. Una vez que éllas
salen ya no hay manera de recogerlas. Busquemos pues dominar nuestra lengua con
la ayuda de DIOS y utilicemos siempre nuestra palabras para bendecir.
Te
invito a que cada día luchemos por crear el hábito de quedarnos callados y
refrenar nuestra lengua cuando no hay nada positivo e inteligente que decir. Sabemos que en muchas ocasiones nos será muy difícil, pero de eso trata
la vida cristiana, de negarnos a nosotros mismos y comenzar a hacer la voluntad
de nuestro Padre Celestial. Dejémonos guiar por DIOS en éste y otros
aspectos de nuestra vida, y… ¡Sólo a ÉL sea la Gloria!.
ORACIÓN: DIOS mío, anhelo cada día hacer Tu voluntad
y ser agradable a Ti. Reconozco que solo Tu tienes el poder sobrenatural de
transformar mi vida, Tú mejor que nadie conoces mi corazón y las intenciones
que hay en él. En este día en especial quiero pedirte que me ayudes a refrenar
mi lengua, que traigas a mi mente y mi corazón el sentir y pensamiento de
quedarme callad@ en las ocasiones en donde mis palabras puedan dañar o en donde
mis palabras puedan provocar a una mala reacción. En este día me propongo a
crear el habito de refrenar mi lengua de decir mal, que Tú seas la fuente que
me impulse a crear dicho habito, sin Ti no puedo, pero Contigo se que soy más
que vencedor@. Gracias Señor, porque se que me ayudarás. En el Nombre de Jesús,
amen.
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