El
que espera, desespera.
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esta meditación.
Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
¿SABES
ESPERAR?
ISAÍAS 40:31 "pero los que esperan
en el SEÑOR renovarán sus fuerzas; se remontarán con alas como las águilas,
correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán."
Si hiciéramos una encuesta
preguntando a la gente si le agrada esperar, sin lugar a dudas la gran mayoría,
sino todos, diría un rotundo "¡no!". A nadie le gusta esperar. Hay un
dicho popular que dice "el que espera desespera", el cual nos muestra
la actitud general de aquellos que al esperar entran en un fuerte estado de
desesperación.
Ejemplos de esto podemos
verlos cuando nos encontramos en medio de un tráfico muy congestionado, o
cuando llevamos horas esperando en la consulta de un médico, o en una larga
fila para pagar en una tienda. Peor aún es la situación en que esperamos
noticias importantes que parecen no llegar nunca o la resolución de un
conflicto que está afectando nuestras vidas. En estas situaciones y otras por
el estilo, un incómodo sentimiento de impaciencia y desasosiego comienza a
apoderarse de nosotros.
Como creyentes, nosotros
tenemos recursos divinos para poder enfrentar y vencer los tiempos de espera.
El pasaje de hoy nos dice que los que esperan al Señor "renovarán nuevas
fuerzas", es decir recibirán renovación interior que los capacitará para
seguir hacia delante. Entonces podremos decir: "Todo lo puedo en Cristo que me
fortalece." (Filipenses 4:13). Luego dice que "se remontarán
con alas como las águilas", refiriéndose a esta ave que
es capaz de volar a muy grandes alturas y entonces abre sus alas para dejarse
llevar tranquilamente por la corriente de los vientos. Para nosotros significa
levantar vuelo sobre las preocupaciones y problemas y dejarnos llevar por las
suaves
corrientes del Espíritu
de DIOS. ¡Maravilloso! Por último dice que "correrán y no se cansarán, caminarán y no se
fatigarán." Esto nos habla de resistencia y
perseverancia, indispensables en los tiempos de espera. Tus tiempos de espera
pueden ser tiempos agradables y provechosos si pones tu confianza en el DIOS Todopoderoso
y esperas pacientemente que ÉL obre.
El rey David, en su juventud,
escribió Salmos que expresaban un ferviente deseo de que DIOS terminara con sus
enemigos inmediatamente. Se sentía acosado, perseguido y desesperado y clamaba
a DIOS pidiendo la destrucción de aquellos que buscaban eliminarlo. Por
ejemplo, David escribió en el Salmo 55:9: “Destrúyelos, oh Señor; confunde la lengua de ellos; porque
he visto violencia y rencilla en la ciudad.”
Sin embargo, después de años
de experiencia y un profundo conocimiento de DIOS, siendo un anciano, David
escribió el Salmo 37. Aquí muestra una actitud completamente distinta. Dicen los primeros siete versículos de este Salmo: "No te irrites
a causa de los impíos ni envidies a los que cometen injusticias; porque pronto
se marchitan, como la hierba; pronto se secan, como el verdor del pasto. Confía
en el Señor y haz el bien; establécete en la tierra y manténte fiel.Deléitate
en el Señor, y El te concederá los deseos de tu corazón.” David aprendió a esperar en DIOS.
Cuando nos deleitamos en la
presencia del Señor cada día de nuestras vidas, cuando leemos Su Palabra y
tenemos un tiempo de oración, llegaremos a confiar plenamente en ÉL y no nos
resultará difícil esperar, porque sabemos que ÉL va a concedernos las
peticiones de nuestros corazones, conforme a Su perfecta voluntad y en Su
perfecto tiempo.
ORACIÓN: Padre Celestial,
Te entrego en este día mi impaciencia y todos mis afanes. Dame la gracia de
aprender a esperar en Ti confiadamente como lo enseña Tu Palabra. Ayúdame a
deleitarme en Tu presencia mientras espero Tus bendiciones. En el nombre de
Jesús. Amén.
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