La solución…
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
¿POR QUÉ NO SUELTAS TUS CARGAS?
MATEO
11:28-30 "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo
os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy
manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi
yugo es fácil, y ligera mi carga."
A medida que vamos caminando por este mundo vamos
adquiriendo “cargas” que, si no las descargamos en algún lugar, con el tiempo
se van haciendo cada vez más pesadas. Estas “cargas” son, generalmente, el
resultado emocional de situaciones que nos han causado algún pesar; alguna
herida en el corazón que no ha sanado del todo; resentimientos contra personas
que nos han ofendido; el dolor de haber perdido un ser querido o una relación
que se rompió, en fin una enorme variedad de situaciones pueden dar como
resultado esas “cargas” emocionales que tanto daño hacen.
En el pasaje de hoy, Jesús nos invita
a venir a ÉL con nuestras cargas, y ÉL nos dará descanso; el Salmo 55:22 también dice: "Echa sobre el Señor tus cargas, y El te
sustentará." Lamentablemente hay ocasiones en las que
venimos al Señor con nuestras cargas, pero no recibimos ese descanso que ÉL nos
promete. ¿Por
qué? Simplemente porque no "echamos las cargas sobre ÉL", o sea no
las "soltamos". Nos pasa como al señor que estaba en la carretera
pidiendo transportación con un bulto en la cabeza, y un hombre en un camión se
detuvo. El señor se montó en la parte de atrás del camión, pero cuando el
chofer miró por el espejo retrovisor, vio que el hombre continuaba llevando la
carga sobre su cabeza en vez de echarla en el piso del camión. ¡Pobre
hombre!
La razón por la que no “soltamos” las cargas en los brazos del
Señor es simplemente porque no tenemos fe. Nos aferramos a lo que nosotros
consideramos es la manera de resolver el problema y queremos continuar en
control. No estamos dando el control al Señor. Le estamos pidiendo que nos dé
"una manito", pero nosotros seguimos dirigiendo. Cuando llevamos el
yugo de Jesús, es decir cuando nos unimos a ÉL de la manera en que el yugo une
a dos bueyes que trabajan juntos, y nos dejamos dirigir por ÉL, el Señor nos da
el descanso que promete, el cual es más que un descanso puramente emocional,
superficial y temporero; es un descanso profundo y eterno, un descanso
espiritual.
El apóstol Pablo escribió en Filipenses 4:6-7: "Por nada
estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones, en toda oración y
ruego con acción de gracias. Y la paz de DIOS, que sobrepasa todo
entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo
Jesús."
Es decir, cuando por medio de la oración venimos al Señor, ÉL
toma nuestras cargas, nuestras preocupaciones, nuestros afanes, nuestras
ansiedades y las convierte en paz y tranquilidad. Si sientes que las cargas te
abruman, acércate al Señor en oración y échalas en sus brazos.
ORACIÓN: Bendito DIOS,
gracias por Tu promesa de ayudarme con mis cargas. Por favor aumenta mi fe y
enséñame a soltarlas sobre Ti y olvidarme de éllas, con la confianza de que
darás descanso a mi alma y me llenarás de Tu paz. En el nombre de Jesús. Amén.
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