Somos más que vencedores.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
EL PODER DE TU
LINAJE
1a PEDRO 2:9 “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa,
pueblo adquirido por DIOS, para que anunciéis las virtudes de aquel que os
llamó de las tinieblas a su luz admirable.”
En
una subasta llevada a cabo hace varios años en un hipódromo de Miami, Florida,
un potro de 2 años de edad fue vendido por la exorbitante suma de 16 millones
de dólares, estableciendo un record como el caballo de más valor que se haya
vendido jamás. Lo más interesante del caso es que el potro no había participado
ni en una sola carrera en su vida. Lo que dio este extraordinario valor al
caballo fue simplemente el hecho de contar entre sus antepasados con dos
ganadores del famoso evento equino conocido como el Kentucky Derby. Es decir,
no es lo que este pura sangre hubiese demostrado hasta el momento de la
subasta, sino el potencial que él pudiera llegar a desarrollar y las victorias
que sería capaz de obtener considerando el linaje de donde proviene. Esto dijo
un experto en la materia: “Se puede apostar sin temor a equivocarse a que este
caballo es material ganador en el Kentucky Derby.” Y aquí se puede aplicar el conocido
refrán “De casta le viene al galgo”.
De
lo primero que tenemos que estar conscientes los creyentes es que, al aceptar a
Jesucristo como nuestro Salvador, hemos pasado de ser esclavos del pecado a ser
hijos de DIOS, y por lo tanto Sus herederos a través de la sangre de Cristo.
Esto debes creerlo de todo corazón, y enfrentarte a cualquier pensamiento de
inferioridad con la verdad de la poderosa palabra de DIOS.
El
pasaje de hoy nos dice que somos linaje escogido, que somos pueblo adquirido
por DIOS. Esta es razón más que suficiente para que tengamos conceptos
positivos de nosotros mismos. Al igual que el caballo de la historia inicial
vale una fortuna, no por lo que ha hecho sino por la sangre que corre por sus
venas, nosotros somos tesoros de valor incalculable para DIOS, no por nuestros
méritos sino porque fuimos comprados con la sangre de su Hijo.
Y
al igual que el comprador de ese caballo espera que el obtenga muchos premios
en futuras competencias, nuestro Redentor espera que nosotros obtengamos grandes
triunfos en nuestras vidas, para la honra y la gloria de Su nombre.
La
Biblia nos asegura que “somos más que
vencedores por medio de aquel que nos amó.” (Romanos 8:37). Vive una vida
de intimidad con tu Padre Celestial y marcha adelante confiando en la victoria
que espera a todos aquellos que han creído en Jesucristo como Salvador.
ORACIÓN: Padre Santo, gracias por la herencia preciosa que
me has concedido por medio del sacrificio de Tu Hijo. Ayúdame a estar
consciente en todo momento de mi condición de hij@ tuy@ y a actuar
como tal. Gracias por Tu promesa de que soy más que vencedor@, cualquiera sean las circunstancias que me rodeen.
En el nombre de Jesús, amén.
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