domingo, 5 de octubre de 2014

EL PODER DE TU LINAJE

Somos más que vencedores.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
EL PODER DE TU LINAJE 
1a PEDRO 2:9 “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por DIOS, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.”
En una subasta llevada a cabo hace varios años en un hipódromo de Miami, Florida, un potro de 2 años de edad fue vendido por la exorbitante suma de 16 millones de dólares, estableciendo un record como el caballo de más valor que se haya vendido jamás. Lo más interesante del caso es que el potro no había participado ni en una sola carrera en su vida. Lo que dio este extraordinario valor al caballo fue simplemente el hecho de contar entre sus antepasados con dos ganadores del famoso evento equino conocido como el Kentucky Derby. Es decir, no es lo que este pura sangre hubiese demostrado hasta el momento de la subasta, sino el potencial que él pudiera llegar a desarrollar y las victorias que sería capaz de obtener considerando el linaje de donde proviene. Esto dijo un experto en la materia: “Se puede apostar sin temor a equivocarse a que este caballo es material ganador en el Kentucky Derby.” Y aquí se puede aplicar el conocido refrán “De casta le viene al galgo”.
De lo primero que tenemos que estar conscientes los creyentes es que, al aceptar a Jesucristo como nuestro Salvador, hemos pasado de ser esclavos del pecado a ser hijos de DIOS, y por lo tanto Sus herederos a través de la sangre de Cristo. Esto debes creerlo de todo corazón, y enfrentarte a cualquier pensamiento de inferioridad con la verdad de la poderosa palabra de DIOS.
El pasaje de hoy nos dice que somos linaje escogido, que somos pueblo adquirido por DIOS. Esta es razón más que suficiente para que tengamos conceptos positivos de nosotros mismos. Al igual que el caballo de la historia inicial vale una fortuna, no por lo que ha hecho sino por la sangre que corre por sus venas, nosotros somos tesoros de valor incalculable para DIOS, no por nuestros méritos sino porque fuimos comprados con la sangre de su Hijo.
Y al igual que el comprador de ese caballo espera que el obtenga muchos premios en futuras competencias, nuestro Redentor espera que nosotros obtengamos grandes triunfos en nuestras vidas, para la honra y la gloria de Su nombre.
La Biblia nos asegura que “somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.” (Romanos 8:37). Vive una vida de intimidad con tu Padre Celestial y marcha adelante confiando en la victoria que espera a todos aquellos que han creído en Jesucristo como Salvador.
ORACIÓN: Padre Santo, gracias por la herencia preciosa que me has concedido por medio del sacrificio de Tu Hijo. Ayúdame a estar consciente en todo momento de mi condición de hij@ tuy@ y a actuar como tal. Gracias por Tu promesa de que soy más que vencedor@, cualquiera sean las circunstancias que me rodeen. En el nombre de Jesús, amén.


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