Aprovechemos la corrección y el consejo.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
¿PERMITES SER CORREGIDO?
PROVERBIOS 19:20 “Atiende al consejo y acepta la corrección, y llegarás a ser sabio."
Si el error no existiera, no haría falta la corrección ni el
consejo. Nadie nace sabio y todos vivimos en un constante proceso de
aprendizaje. Sólo un necio diría que ya no tiene más nada que aprender. Aunque
la sabiduría popular nos dice que “Nadie experimenta por cabeza ajena,” la
experiencia de otros, transmitida mediante un consejo o una palabra de
reprensión nos es muy valiosa para evitar caer en los mismos errores que otros
han caído.
Es nuestro orgullo el que impide que las correcciones y los
consejos que nos son dados puedan ser aprovechados al máximo y se puedan
convertir en enseñanzas útiles que aumenten nuestro conocimiento y nuestra
sabiduría. De hecho, el orgullo nos lleva a caer en necedad, pues sólo a un
necio se le ocurre ignorar una sabia enseñanza. La palabra de DIOS nos dice: “El orgullo sólo
genera contiendas, pero la sabiduría está con quienes oyen consejos”
y también nos recuerda que: “El que ama la disciplina ama el conocimiento, pero el que la
aborrece es un necio.”
La Biblia, siendo la Palabra de DIOS,
tiene una particularidad a diferencia de cualquier otro libro biográfico de
cualquier personaje, y es que nos habla de las virtudes de éllos pero al mismo
tiempo no oculta los errores, pecados y transgresiones de las personas, sin importar
cuán relevantes o destacados sean, élla nos muestra en todo su esplendor la
humanidad de los personajes, es así como vemos a un Moisés airado hasta más no
poder, a un David libidinoso, a un Sansón desobediente, a un Saulo criminal
convertido en un Pablo regañón y exhortador.
La palabra “corrección” no es muy
atractiva, y muchos le huimos, pero si en realidad entendiéramos lo que ésto
es, nos daríamos cuenta que la corrección lo único que hace es hacernos mejores
personas. Nadie
nace sabio, todo en la vida se aprende y una persona para que sea considerada
“sabia” ha tenido que ser corregida muchas veces, se debe haber equivocado
mucho también y todo éllo lo llevó a tener la sabiduría que ahora de él o de élla
emana. Lastimosamente muchos de nosotros no tenemos la
capacidad, o mejor dicho la humildad necesaria para entender que la corrección
me hace mejor persona.
Cuando seamos corregidos o aconsejados
no actuemos con orgullo, pensando que todo lo sabemos y que más nada nos hace
falta. Escuchemos
con atención lo que se nos está diciendo y analicemos la enseñanza para
determinar dónde fue que nos equivocamos y cómo podemos utilizar la instrucción
para mejorar nuestro comportamiento y desempeño.
Hacer lo contrario sólo logrará que nos hundamos más en nuestros
propios errores e impedirá que podamos avanzar hacia la madurez espiritual;
ciertamente seguiremos atrapados en nuestra necedad. Agustín de Hipona dijo: “Errar es de
humanos, perseverar en el error es algo diabólico.”
Aprovechemos la corrección y el consejo
para que en vez de hacer lo que a nuestro enemigo le agrada, podamos hacer lo
que verdaderamente le agrada a DIOS. ¡Sólo a DIOS sea la gloria!
ORACIÓN: Padre Nuestro Celestial, gracias te damos porque a través
de Tu Palabra nosotros aprendemos cómo desenvolvernos en la vida y Tus consejos
son para nosotros consejos de oro, para que los cumplamos y todo lo que hagamos
sea para agradarte, Señor. Ayúdame para poder cumplir tus mandamientos y
consejos. Te lo pido en el nombre de Cristo, amén.
LECTURA
BIBLICA: Hebreos 12:5-11
5 …Y, han olvidado ya
lo que Dios les aconseja como a hijos suyos. Dice en la Escritura: «No
desprecies, hijo mío, la corrección del Señor, ni te desanimes cuando te
reprenda. 6 Porque el Señor corrige a quien él ama, y castiga a aquel
a quien recibe como hijo.»
7 Ustedes están sufriendo para su corrección: Dios los
trata como a hijos. ¿Acaso hay algún hijo a quien su padre no corrija? 8 Pero si Dios no los corrige a ustedes como corrige a
todos sus hijos, entonces ustedes no son hijos legítimos. 9 Además, cuando éramos niños, nuestros padres aquí en
la tierra nos corregían, y los respetábamos. ¿Por qué no hemos de someternos,
con mayor razón, a nuestro Padre celestial, para obtener la vida? 10 Nuestros padres aquí en la tierra nos corregían
durante esta corta vida, según lo que les parecía más conveniente; pero Dios
nos corrige para nuestro verdadero provecho, para hacernos santos como él. 11 Ciertamente, ningún castigo es agradable en el momento
de recibirlo, sino que duele; pero si uno aprende la lección, el resultado es
una vida de paz y rectitud.
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