LA PACIENCIA HACE LA PEFECCIÓN

 

1003. MAR 28 

Hoy me enfocaré más en lo que le agrada a Dios.

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Bendiciones,

Enio

Meditación Diaria

LA PACIENCIA HACE LA PEFECCIÓN

El Aposento Alto

 

FILIPENSES 4:4-9 “Recomendaciones generales

⁴ Alégrense siempre en el Señor. Repito: ¡Alégrense! ⁵ Que todos los conozcan a ustedes como personas bondadosas. El Señor está cerca.

⁶ No se aflijan por nada, sino preséntenselo todo a Dios en oración; pídanle, y denle gracias también. ⁷ Así Dios les dará su paz, que es más grande de lo que el hombre puede entender; y esta paz cuidará sus corazones y sus pensamientos por medio de Cristo Jesús.

⁸ Por último, hermanos, piensen en todo lo verdadero, en todo lo que es digno de respeto, en todo lo recto, en todo lo puro, en todo lo agradable, en todo lo que tiene buena fama. Piensen en toda clase de virtudes, en todo lo que merece alabanza.

⁹ Sigan practicando lo que les enseñé y las instrucciones que les di, lo que me oyeron decir y lo que me vieron hacer: háganlo así y el Dios de paz estará con ustedes. (DDH)

 

Por último, hermanos, piensen en todo lo verdadero, en todo lo que es digno de respeto, en todo lo recto, en todo lo puro, en todo lo agradable, en todo lo que tiene buena fama. - Filipenses 4:8 (DHH)

Un amigo se sorprendió cuando yo toqué un vals de Chopin en el piano. Hace años que no tocaba y le expliqué que se debía a la memoria muscular. Es decir, la aptitud de recordar ciertas habilidades aprendidas a través de la práctica y la repetición.

«La práctica hace la perfección» solía decir mi madre mientras se aseguraba que yo ensayara el piano a diario por media hora — o cada vez que luchaba por aprender una nueva habilidad. Por supuesto, ella tenía razón. Las acciones repetitivas se graban en nuestra memoria hasta que se convierten en habilidades automáticas. Esto explica por qué aún recordamos las tablas de multiplicar o cómo andar en bicicleta, incluso años después.

Pero, también, cierto tipo de práctica resulta imperfecta: un ensayo reiterado de pensamientos negativos. Quejarse, criticar y detenerse en pensamientos amargos, pueden inculcarse en nuestra mente. DIOS me ha estado hablando de ciertos patrones de pensamientos negativos que no son de Su agrado.

Al frenar los pensamientos —rechazar esos pensamientos en el momento en que se presentan— y pedir a DIOS que me transforme, estoy aprendiendo a superar el mal hábito con uno que me acerque más a DIOS.

OREMOS: Oh DIOS, gracias por Tu paciencia con nosotros. Ayúdanos mientras trabajamos para liberar nuestra mente de pensamientos negativos y enfocarnos en Ti. En el nombre y amor de nuestro Señor JESUCRISTO, amén.

Sra. Marianne Jones (Ontario, Canadá)

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