lunes, 20 de septiembre de 2021

LA PARTE QUE LE CORRESPONDE A DIOS

 

El SEÑOR es el dueño de todas las cosas.

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Bendiciones,

Enio

Meditación Diaria

LA PARTE QUE LE CORRESPONDE A DIOS

 

MALAQUÍAS 3:7-12

“Ustedes me preguntan: “¿Y de qué tenemos que arrepentirnos?” Yo les respondo: “No es fácil que alguien me robe; sin embargo, ¡ustedes me han robado!”

»Todavía se atreven a preguntarme: “¿Y qué te hemos robado?” Pues escúchenme bien: ¡Me han robado porque han dejado de darme el diezmo y las ofrendas! Todos ustedes, como nación, me han robado; por eso yo los maldigo a todos ustedes, también como nación.

10 »Traigan a mi templo sus diezmos, y échenlos en el cofre de las ofrendas; así no les faltará alimento. ¡Pónganme a prueba con esto! Verán que abriré las ventanas del cielo, y les enviaré abundantes lluvias. 11-12 Además, alejaré de sus campos las plagas de insectos que destruyen sus cosechas y sus viñedos. Tendrán entonces un país muy hermoso, y todas las naciones los considerarán muy dichosos. Yo soy el Dios todopoderoso, y les juro que así lo haré.”

 

El profeta Malaquías lanzó una advertencia a los israelitas sobre su inadecuada mayordomía. Al no seguir los principios de DIOS en el manejo de los recursos que les había dado, estaban robando los diezmos.

Dado que nosotros también recibimos recursos del SEÑOR, debemos manejar nuestros ingresos de acuerdo con los principios bíblicos. Primero, eso significa reconocer que el SEÑOR es el dueño de todas las cosas: pues yo soy el dueño
de los animales del bosque y del ganado de los cerros. 11 Yo conozco muy bien a todas las aves del cielo, y siempre tomo en cuenta a los animales más pequeños. 12 Si yo tuviera hambre, no te pediría de comer, pues soy el dueño del mundo y de todo cuanto hay en él.
(Salmos 50:10-12). Él creó los cielos, la Tierra y todo lo que hay en ellos, y todo lo que tenemos proviene de Su mano.

Segundo, debemos reconocer que el PADRE Celestial ha designado a Sus hijos como mayordomos de todo lo que le pertenece. Tenemos que usar con sabiduría lo que el SEÑOR nos ha dado y devolverle una parte de lo que nos ha confiado: Ahora quiero hablarles acerca del dinero que van a dar para ayudar a los del pueblo de Dios en Jerusalén. Hagan lo mismo que les dije a las iglesias de la región de Galacia. Es decir, que cada domingo, cada uno de ustedes debe apartar y guardar algo de dinero, según lo que haya ganado. De este modo no tendrán que recogerlo cuando yo vaya a verlos.” (1ª Corintios 16:1-2); “Adviérteles a los ricos de este mundo que no sean orgullosos ni confíen en sus riquezas, porque es muy fácil perder todo lo que se tiene. Al contrario, diles que confíen en Dios, pues él es bueno, y nos da todo lo que necesitamos para que lo disfrutemos. 18 Mándales que hagan el bien, que se hagan ricos en buenas acciones. Recuérdales que deben dar y compartir lo que tienen.” (1ª Timoteo 6:17-18). Cuando ofrendamos para la Iglesia y para los necesitados, le estamos dando a DIOS.

El SEÑOR pide que le demos la primera parte de todo lo que ganemos: Demuéstrale a Dios que para ti él es lo más importante. Dale de lo que tienes y de todo lo que ganes; 10 así nunca te faltará ni comida ni bebida.” (Proverbios 3:9-10), pero no porque lo necesite; ya lo posee, ya sea que se lo demos o no. Más bien, somos nosotros los que tenemos que aprender a confiar en ÉL como nuestro Proveedor, y actuar con generosidad, obediencia y gratitud por Su bondad para con nosotros.

OREMOS: PADRE Celestial, Dador de todo lo bueno que tenemos, Tú eres dueño de todo y Tú generosamente nos lo das como bendición que debemos sabiamente usar y proteger. Gracias te damos por Tu gracia y misericordia para con todos nosotros. Ayúdame a retribuirte con mi diezmo. En el nombre de nuestro Señor JESUCRISTO, amén.

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