Esperemos en DIOS.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
¿QUIÉRES VENGARTE DE
ALGUIEN?
SALMOS 18:48-49 ”Tu me libras del furor
de mis enemigos, me exaltas por encima de mis adversarios, me salvas de los
hombres violentos. Por eso, Señor, te alabo entre las naciones y canto salmos a
tu nombre.”
Cuando somos atacados por nuestros
enemigos, a veces quisiéramos responder de la misma manera como hemos sido
agredidos. Esto forma parte de nuestra naturaleza pecaminosa y se llama
venganza.
Cuando le damos paso a nuestras emociones
para que manejen nuestra vida estamos actuando de una manera necia y muy poco
madura. La Palabra de DIOS es muy clara al
respecto y nos exhorta a no tomar acciones por cuenta propia sino a colocar
nuestra esperanza en El, quien se encargará de nuestros enemigos.
ÉL lo hará de una
manera que no necesariamente va a ser igual a como nosotros queremos que
suceda. ÉL conoce la manera perfecta de hacerlo mientras que nosotros siempre
tenemos un conocimiento muy limitado y casi inexistente, especialmente cuando
contrastamos nuestra sabiduría con la sabiduría de DIOS.
¿Has sentido recientemente que desde lo más
profundo de tu ser surge un deseo de acabar con quienes te han hecho daño o te
han despojado de tus bienes? Ese sentimiento ya lo conoces porque lo has
sentido en otras oportunidades y pareciera que tomar una acción de acuerdo a lo
te pide el cuerpo sería el camino más adecuado.
No podemos dejarnos llevar por las
emociones pues éstas sólo satisfacen la carne y van en contra de lo que desea
el Espíritu Santo de DIOS. ÉL nos dice: “Mía es la venganza;
yo pagaré. A su debido tiempo, su pie resbalará. Se apresura su desastre, y el
día del juicio se avecina.”
El Señor Jesús
usa la expresión:“Si alguien te da una bofetada en
la mejilla derecha, vuélvele también la otra”, para explicar mejor el principio
establecido por DIOS. “Nunca digas: «¡Me vengaré de ese daño!» "Confía en el Señor, y ÉL actuará
por ti.”
En pocas
palabras: “No hagas nada, puesto que DIOS
hará TODO”. Estos versículos son aquellos que nos alientan y nos confortan,
puesto que al saber que es DIOS mismo Quien nos dice que obrará, tenemos que
tener la confianza de que ÉL hará lo correcto pues es un Juez Justo. Así que
dejemos estas acciones de represalia a nuestro Padre Celestial y descarguémonos
del peso con que nos presionan nuestra emociones. Esperemos en DIOS y
ÉL se encargará de todo. ¡Sólo a DIOS sea la gloria!
ORACIÓN: Padre
Celestial, ayúdame a no caer en la tentación y líbrame del mal. Que pueda Señor
dejar todo en Tus manos. En el nombre de Cristo, amén.
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