lunes, 29 de diciembre de 2014

PLANIFICACIÓN

Dedicado y precavido…
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria    
PLANIFICACIÓN
PROVERBIOS 20:4 Cuando es tiempo de arar, el perezoso no ara;
pero al llegar la cosecha, buscará y no encontrará
Hay muchas personas que se quejan de que las cosas no les salen bien o como deseaban, mas no se dan cuenta de que mucho del fracaso de sus acciones se debe a que no se prepararon con tiempo ni supieron planificar sus actividades.
A veces la falta de planificación resulta de escasez en el sentido común. Otras veces se debe a simple ignorancia y en el peor de los casos se debe a flojera y desidia. En cualquiera de estos casos el resultado es el mismo, fracaso y dolor. Lo peor de todo es que cuando la persona fracasa busca echarle la culpa de lo sucedido a otros y no se percata (ni quiere hacerlo) de que toda la responsabilidad recae sobre sus hombros por no haberse preparado con tiempo.
Imagínense que tienen deseos de comer un plato especial que no se consigue normalmente en un restaurante. Si ustedes no se aseguran de que tienen a mano la receta del platillo y de que cuentan con los utensilios esenciales, con todos los ingredientes necesarios y con la calidad requerida, será muy difícil que tengan éxito en la elaboración de plato.
Prácticamente todas las cosas relacionadas con nuestra vida requieren preparación y planificación. Si nos referimos al trabajo es obvio que se necesita conocimiento y destrezas que sólo se consiguen con adiestramiento y práctica.
Si nos referimos a la vida familiar es necesario conocer los principios establecidos por DIOS para la correcta administración y manejo de los hijos y la economía del hogar.
Más importante aún, si consideramos nuestra vida espiritual necesitamos sumergirnos diariamente en la Palabra de DIOS y mantener una estrecha relación con DIOS para garantizar el crecimiento y la salud obedeciendo sus instrucciones al pie de la letra.
No seamos como el perezoso que se niega a empuñar el arado en el momento oportuno para la siembra para después lamentarse porque no consigue la cosecha necesaria para su manutención.
Seamos diligentes y precavidos y así alcanzaremos el éxito. Y… ¡Sólo a DIOS sea la gloria!

ORACIÓN: Padre Celestial, ayúdame para poder cumplir Tú voluntad y que sea lo suficientemente dedicado y precavido para no lamentarme posteriormente. En el nombre de Cristo, amén.

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