¡FELIZ NAVIDAD!
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
UNA RAZÓN PARA CELEBRAR
GÁLATAS 4:4-5 “Pero
cuando vino la plenitud del tiempo, DIOS envió a su Hijo, nacido de mujer,
nacido bajo la ley, a fin de que redimiera a los que estaban bajo la ley, para
que recibiéramos la adopción de hijos”.
En la temporada navideña, de lo que
más pensamos en cuanto a la vida de Jesús es, por supuesto, Su nacimiento. Escuchas
predicaciones y música acerca de ese tema, ves pesebres por algunas partes, y
tal vez hasta notes que se hace referencia a la historia de Belén en los medios
seculares. Pero lo que olvidamos con facilidad en esta época del año, es la
razón por la que vino ese pequeño bebé. Nació para morir.
Ahora bien, es posible que a ti no
te guste pensar en eso. Puede ser que estés preparando comida para una reunión
familiar, comprando regalos o decorando hermosamente tu casa, y por eso no
quieres pensar en la muerte brutal que esperaba al tranquilo bebé que se
encuentra en el centro de la escena del pesebre. Sin embargo, ¿cómo podemos
realmente celebrar el nacimiento de Cristo, sin tener en cuenta la razón de su
venida?
El Señor Jesús tuvo un propósito en
la vida. Desde el momento que apareció aquella noche en Belén, vivió su vida en
misión para el Padre. Vino a mostrarnos quién es DIOS realmente. Vino a
enseñarnos cómo vivir, andar y hablar como personas espirituales.
Pero lo más importante, vino para
que nosotros pudiéramos tener la relación plena e íntima con el Padre que ÉL
conocía tan bien. La tarea del Señor Jesús fue lograr nuestra salvación. Esa
victoria le costaría su vida.
Por tanto, al celebrar la Navidad,
no perdamos nuestro enfoque. Al poner nuestras alabanzas al pie del pesebre, no
olvidemos que ÉL vino para que podamos poner nuestros pecados al pie de la
cruz. Éste es el regalo de Navidad del Señor Jesús para ti.
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