sábado, 6 de diciembre de 2014

SU GRANDEZA ES INESCRUTABLE

DIOS es amor.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria   
SU GRANDEZA ES INESCRUTABLE
SALMOS 145:1-3 “Te exaltaré, mi DIOS y rey; por siempre bendeciré tu nombre. Todos los días te bendeciré; por siempre alabaré tu nombre. Grande es el Señor, y digno de toda alabanza; Su grandeza es insondable.” (R-V)
"Hablaré de tu grandeza, mi Dios y Rey; bendeciré tu nombre por siempre. Diariamente te bendeciré; alabaré tu nombre por siempre. El Señor es grande y muy digno de alabanza; su grandeza excede nuestro entendimiento." (D.H.H.)
He aquí el corazón de David rebosante de alabanza hacia DIOS. Éste es un corazón al que no le preocupa su permanencia en este mundo. Sabe que, en esta vida y en la otra que viene después su razón principal de ser, es y será alabar a DIOS.
Alabar a DIOS no es poner a DIOS en su justo lugar —a DIOS nadie lo pone en ningún lugar— alabar a DIOS es ponernos a nosotros mismos en nuestro justo lugar con relación a El.
Alabar a DIOS es reconocer Su poder y autoridad sobre el universo y nuestra completa debilidad ante los avatares y vicisitudes de la vida.
Alabar a DIOS es una manera de mostrar nuestra dependencia absoluta hacia nuestro Creador y Sustentador.
Cuando el salmista y rey David dice “Grande es el Señor” no se refiere a grandeza de dimensiones como alto, ancho y largo. DIOS no es grande como el planeta Júpiter o el Sol son grandes. DIOS está por encima y más allá de las dimensiones espaciales y del tiempo. Por eso David aclara: “excede nuestro entendimiento.”.
¿Cuán grandes y cuán graves son los problemas que afectan tu vida? ¿Los has puesto al lado de DIOS para comparar tamaños?
Si lo haces te darás cuenta de que tus problemas, por serios e imposibles de resolver que parezcan, son nada al lado de la majestad y grandeza de DIOS. Pon tus problemas a los pies del Señor, y pide que los resuelva. Como Creador y Sostenedor del universo DIOS puede cambiar tu situación de problema a bendición.
Cuando tu mirada esté enfocada en DIOS tus problemas pasarán a un segundo o tercer plano y ya no serán motivo de preocupación o malestar. No mires el problema sino a Quién verdaderamente puede resolverlo.
Pon tu confianza en DIOS y ÉL actuará. Entrega tu vida y todo lo que élla implica a tu Padre Celestial. ¡Sólo a DIOS sea la gloria!

ORACIÓN: Padre Celestial. Te agradezco por la vida que me das y por las bendiciones recibidas hasta el momento. Gracias porque estás a mi lado y me ayudas a solucionar mis problemas. Ayúdame a compartir con otros esta sublime experiencia. En el nombre de Cristo, amén. 

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